La muerte cerebral puede parecer fraudulenta. Por eso, a veces, los familiares de un paciente con diagnóstico de muerte cerebral piensan que existe posibilidad de recuperación. Esto debido a que el cerebro tiene ausencia total de actividad cerebral, pero la persona sigue respirando con ayuda de un ventilador.

Sin embargo, no es posible la recuperación tras un diagnóstico de muerte cerebral. Esta es irreversible y se la considera como una muerte verdadera, tan definitiva como la muerte cuando el corazón se detiene.

Antes de la existencia de la reanimación cardiopulmonar (CPR), la ventilación artificial y la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), la distinción de muerte cerebral no existía. Cuando el corazón se detenía, el cerebro también lo hacía segundos después porque quedaba privado de oxígeno. Ahora, si un corazón no funciona se puede mantener vivo el resto del cuerpo, al menos por un tiempo.

Pero llegar a ese diagnóstico no solo es duro para los médicos y los familiares, sino que puede generar controversia en la familia del paciente. Esta puede no estar de acuerdo con el cuadro irreversible, por eso todavía hay debates sobre si el diagnóstico de muerte cerebral deba incluir más pruebas o criterios.

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¿Cuándo se declara muerte cerebral?

La muerte cerebral también se conoce como muerte por criterios neurológicos. Puede ocurrir en caso de lesión cerebral grave, por un traumatismo cerebral o por falta prolongada de oxígeno.

Por el trauma existente, las células cerebrales comienzan a morir, lo que desencadena una inflamación. Esta va dañando rápidamente a las demás células cerebrales y regiones del cerebro. Debido a la presión que se genera, se vuelve más difícil que la sangre llegue al cerebro causando daños irreversibles en él.

Entonces la muerte cerebral es irreversible. Posteriormente el resto del cuerpo muere también, de no existir asistencia respiratoria.

Para que una persona sea declarada con muerte cerebral, los médicos realizan previamente distintas pruebas. Primero se deben cumplir algunos criterios: debe haber una causa conocida para la condición del paciente. Es decir, una lesión catastrófica en todo el cerebro. Además, la falta de respuesta del paciente no tiene que deberse a los efectos secundarios de la medicación, sedación o alguna otra causa.

Si se cumplen estos criterios, se procede a hacer un examen clínico. Durante este se evalúan los reflejos. Por ejemplo, si las pupilas responden a la luz y si el párpado se cierra cuando algo toca la superficie del ojo del paciente.

Los médicos también pueden hacer la prueba de enjuagar el oído interno con agua fría. Esto lo hacen para comprobar si el tronco encefálico sigue en funcionamiento. De ser así, el paciente podría mover el ojo en dirección hacia el oído donde están realizando la prueba. También hay pruebas que involucran el reflejo nauseoso y otros movimientos musculares automáticos.

La última evaluación consiste en la prueba de apnea. Entonces, retiran al paciente de la ventilación mecánica para ver si la persona comienza a respirar espontáneamente. Si el paciente tiene muerte cerebral, no respirará por sí mismo.

A veces los médicos pueden hacer todo lo posible por reducir la inflamación en un cerebro lesionado y prevenir la muerte cerebral. Pero una vez que se pierde la función cerebral completa, no hay esperanza de recuperación.

Referencias:

Is brain death reversible?: https://www.livescience.com/brain-death-irreversible

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