Las plantas evolucionaron silenciosamente durante el Cretácico para dominar el planeta Tierra. Estos seres vivos, que ahora representan el 80% de la biomasa global, eran respetados por el resto de criaturas prehistóricas: insectos, reptiles y mamíferos. Pero parece que esos días de gloria han acabado y los insectos se han revelado, pues últimamente están comiendo más plantas de las que deberían.
Un nuevo estudio de la Universidad de Maine encontró un fuerte aumento en las tendencias herbívoras de todos los insectos, desde las hormigas hasta los saltamontes.
Cada vez hay más sabandijas diminutas que perforan, chupan y destruyen las hojas de los bosques sin pensar en las consecuencias. Esto a pesar de que el número de insectos está disminuyendo por culpa del cambio climático, la pérdida de hábitats y la acción del hombre.
Los insectos modernos son pequeños en comparación con aquellos que vivieron hace 66,8 millones de años, por lo que no necesitan tanto alimento para sobrevivir. Pero eso no significa que no tengan una buena razón para devorar hoy en día más de lo que su estómago puede aguantar.
¿Por qué los insectos se están dando festines con las plantas?

Los investigadores se dieron cuenta de que las interacciones planta-insecto habían cambiado cuando analizaron tres bosques con fósiles de hojas que datan del período Cretácico superior.
Al cuantificar las mordidas en estas hojas, descubrieron que el daño de los insectos a las plantas es más elevado ahora que hace eones. Antes, las plantas y los insectos se hacían favores: los polinizadores apoyaban la reproducción de las plantas y a cambio obtenían más flores y hojas para alimentarse. Pero actualmente ese equilibrio se ha roto y los insectos están comiendo plantas incluso antes de que florezcan.
Buscando una razón lógica para este comportamiento, el equipo llegó hasta el cambio climático.
Parece que el apetito de los insectos ha aumentado por culpa del calentamiento global. Esto debido a que los festines de insectos coinciden con épocas cálidas.
El estudio de Azevedo-Schmidt y sus colegas de Maine encontró que las hojas datadas con carbono desde 1955 hasta el presente tenían más mordidas que las hojas prehistóricas. Por ejemplo, las hojas de la década de los 2000, cuando la temperatura media global empezó a precipitarse, parecían prácticamente esqueletos vegetales.
Por lo tanto, si los insectos modernos están comiendo más plantas es por culpa del cambio climático que los seres humanos han provocado.
“Un clima que se calienta rápidamente influye en los ciclos de vida y los hábitos de alimentación de los insectos. Además, la introducción de especies invasoras es otro factor importante que podría estar impulsando el aumento de la herbivoría de los insectos”.
Lauren Azevedo-Schmidt, paleoecóloga de la Universidad de Maine
¿Qué podemos esperar de esta nueva interacción entre las plantas y los insectos?

Todos sabemos que hay más plantas en el planeta que insectos. Ni siquiera todas las hormigas terrestres pueden compararse a las miles de millones de plantas que hay dentro de cada tipo de flor o helecho.
Pero no deberíamos subestimar a los insectos solo por ser pequeños y tener poblaciones más reducidas.
Estos festines podrían tener consecuencias desconocidas para las plantas y las comunidades forestales, según comentan los investigadores. Además, podrían causar la pérdida de miles de ejemplares vegetales que son necesarios para producir oxígeno y estabilizar la temperatura terrestre.
Así que no solo el planeta está en riesgo, los seres humanos también podríamos sufrir las consecuencias de este nuevo comportamiento en los insectos.
La situación es grave pero no podemos simplemente acabar con todos los insectos que se están comiendo las plantas, ya que ellos son tan necesarios para el planeta como el resto de seres vivos.
Referencias:
Insects Are Feasting on Plants Like Never Before, And The Consequences Are Unknown https://www.sciencealert.com/insects-are-feasting-on-plants-like-never-before-and-the-consequences-are-unknown
Insect herbivory within modern forests is greater than fossil localities https://doi.org/10.1073/pnas.2202852119