Los «químicos permanentes» o PFAS (por sus siglas en inglés) pueden afectar al niño desde el útero materno, trayendo consecuencias más adelante en la vida como la baja calidad del semen.
Esta es una conclusión a la que llegaron investigadores daneses y cuyos hallazgos se encuentran expuestos en la revista Environmental Health Perspectives.
En el grupo de sustancias PFAS se hallan alrededor de 12 000 productos químicos. Estos se usan para fabricar productos resistentes al agua, las manchas y el calor. Se los llama «químicos permanentes» o «químicos para siempre» porque se acumulan tanto en la naturaleza como en nuestro organismo. Pero, lo peor de todo es que no se pueden descomponer.
Muchos estudios han encontrado que los químicos para siempre causan problemas de salud graves. Por ejemplo, serían responsables de ciertos tipos de cáncer, defectos de nacimiento, enfermedades hepáticas y renales, como así también disminución de la inmunidad.
Una reciente investigación descubrió que los químicos permanentes también alteran la calidad del semen debido a la exposición temprana a estos tóxicos.

Calidad del semen reducida por los químicos permanentes
El estudio danés encontró que la exposición de una madre a los químicos PFAS durante el primer trimestre de embarazo puede conducir a un menor conteo y calidad de los espermatozoides más adelante en la vida de su hijo.
Por lo general, estas sustancias PFAS interrumpen el normal funcionamiento de las hormonas y el desarrollo fetal. Pero, además, con las nuevas investigaciones se descubrió que también estaría vinculada con la capacidad reproductiva futura.
Tales químicos repercutirían en el desarrollo de los testículos en el útero durante el primer trimestre de un embarazo. Por lo que la consecuencia se presenta más adelante en la vida del niño con una mala calidad del semen.
En concreto, el estudio se basó en los datos aportados por 864 hombres daneses jóvenes nacidos de mujeres que proporcionaron muestras de sangre durante los primeros trimestres de sus embarazos entre 1996 y 2002.
Por un lado analizaron las características del semen y las hormonas reproductivas de estos hombres. Por el otro analizaron la sangre de las madres en busca de 15 compuestos PFAS. En estas muestras de sangre los investigadores encontraron siete compuestos en concentraciones importantes.
Las madres que tenían conteos más altos de estos compuestos criaron hombres con recuentos de espermatozoides más bajos, así como niveles elevados de espermatozoides inmóviles. Esta exposición también aumentó la cantidad de espermatozoides no progresivos, que son los espermatozoides que no nadan.
La presencia de altos niveles de estos dos tipos de espermatozoides, inmóviles y no progresivos, conducen a la infertilidad.
En la actualidad, las tasas de infertilidad van en aumento en todo el mundo, y probablemente los químicos para siempre estén detrás de ello.
Referencias:
Study links in utero ‘forever chemical’ exposure to low sperm count and mobility: https://www.theguardian.com/society/2022/oct/05/pfas-sperm-count-mobility-testicle-development