En protestas feministas y debates de género es cada vez más habitual usar el término “masculinidad tóxica” para referirse a los peores atributos de un hombre. Pero ¿qué significa esto?

La masculinidad, a secas, es lo que diferencia a los niños de las niñas más allá del género biológico. Son esencialmente esos comportamientos y valores que siguen solo los hombres durante su desarrollo, pues es lo que espera la sociedad de ellos. 

Por ejemplo, muchas sociedades consideran que los hombres deberían ser más fuertes que las mujeres, además de caballerosos y trabajadores. Es por eso que desde pequeños les enseñan a salvar “damiselas en apuros”, ser generosos, entre muchas cosas más.

El problema llega cuando algunas sociedades o familias consideran que los hombres deberían ser dominantes, agresivos, heterosexuales y emocionalmente inexpresivos. Eso también son rasgos de masculinidad, pero de una masculinidad tóxica que no es saludable para los hombres ni para quienes los rodean.

Así que, en esencia, la masculinidad tóxica se utiliza para hablar de esos rasgos arcaicos y sexistas que se cree que hacen a un niño “un verdadero hombre”. Como por ejemplo, nunca llorar o ser el que mantiene a la familia.

Orígenes de la masculinidad tóxica 

Vía Pixabay

El término surgió por primera vez en la década de 1980, cuando un grupo de hombres mitopoéticos sugirió que el hombre moderno estaba perdiendo masculinidad. Esto debido a que había dejado atrás cualidades y arquetipos esencialmente masculinos (el rey, el guerrero, el hombre salvaje, etc).

Pero los valores e ideas dentro de la masculinidad tóxica se remontan a la Antigua Grecia y a otras importantes culturas arcaicas. Durante esos siglos, como bien sabemos el hombre tenía derecho a todo y la mujer era solo una parte de sus posesiones. Por lo tanto, los hombres eran los que trabajaban fuera de casa, luchaban y gobernaban.

En la década de 1990 y principios de la de 2000, la idea de estar a la altura de nuestros ancestros y de sus valores sociales se volvió un tema muy importante. Algunos conservadores estadounidenses intentaron restaurar el patriarcado haciendo “retiros” para rescatar esa masculinidad tóxica en los hombres.

Gracias a esto es que actualmente en muchos países los hombres tienen más derechos y responsabilidades que las mujeres. Aunque, siendo honestos, la discriminación de género no es el verdadero problema de este tipo de masculinidad.

Los hombres son los que sufren la masculinidad tóxica 

Créditos: The Conversation

Quizás nos parezca lógico que los hombres no lloren, porque es lo que siempre hemos visto en las películas y en la sociedad en general. Pero seguramente no a todos los hombres les gusta guardarse sus lágrimas.

La masculinidad tóxica no solo le dice a los hombres qué deberías hacer, sino también qué cosas no deberían hacer para seguir manteniendo su estatus. Con lo cual esta forma específica de masculinidad limita mucho el estilo de vida de los niños, jóvenes y adultos, así como el trato que dan a otras personas. 

Un estudio en el Journal of School of Psychology reveló que la masculinidad tóxica puede fomentar la homofobia entre hombres. Esto debido a que, bajo su esquema, los hombres no pueden ser afeminados ni tampoco débiles.

Además, este sistema de creencias arcaicas también está asociado a actos de violencia sin sentido, como por ejemplo las peleas en medio de los partidos de fútbol.

La masculinidad tóxica incluso puede llegar a ser peligrosa para los hombres que no se guían por ella, ya que la sociedad ha definido ese tipo de comportamientos como un estándar. Por lo tanto el que oigamos que «todos los hombres son tóxicos» no es casualidad. 

Este tipo de masculinidad puede hacer que los niños se sientan culpados o atacados, por eso es buen momento para reflexionar críticamente sobre la masculinidad tóxica y su impacto en la sociedad.

Referencias:

‘Toxic masculinity’: what does it mean, where did it come from—and is the term useful or harmful? https://phys.org/news/2022-09-toxic-masculinity-fromand-term.html 

What is “Toxic Masculinity” and Why Does it Matter? https://doi.org/10.1177/1097184X20943254 

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