Hoy en día la piel humana es más sensible a los rayos solares de lo que alguna vez fue. ¿Qué pasó en el camino para que la piel se volviera menos resistente al Sol? Aquí te lo explicamos.

Durante miles de años la piel humana resistió al Sol, pero algo sucedió que hizo cambiar su destino. En principio, los primeros humanos debieron pasar sus días desnudos bajo los rayos del Sol. Nuestro astro los guiaba y calentaba a través de los días y las estaciones.

Entonces, la piel estaba adaptada a las condiciones. La población contaba con algunos refugios como cuevas y otros portátiles hechos de maderas, pieles de animales y otros materiales que iban recolectando. Estos refugios les servían para protegerse de la intemperie y el frío, pero principalmente los usaban a la noche. De día pasaban al aire libre, con la piel expuesta al Sol.

Debido a la exposición rutinaria a los rayos solares, la capa superficial de la piel llamada epidermis tiende a volverse más gruesa por la acumulación de capas de células. Aquí entran en acción unas células especializadas en la producción de eumelanina, un pigmento protector de la piel.

La eumelanina absorbe la mayor parte de la luz visible y también los rayos UV dañinos, lo que hace que la piel se vea de color marrón muy oscuro, casi negro. La genética puede hacer que las personas produzcan más o menos cantidades de eumelanina. Tal es así que hay personas que pueden producir mucha más cuando su piel se expone al Sol, mientras que otras producen menos en iguales condiciones.

Vía Pexels.

Una piel que se adaptaba a las condiciones externas

La piel de las personas de la prehistoria estaba adaptada a las condiciones externas, principalmente a los niveles locales de luz ultravioleta. Esos factores influyeron en el color de la piel de esas personas.

Las personas que vivían con más exposición a la luz ultravioleta desarrollaron una piel más oscura con mayor capacidad de producir eumelanina. Por lo general, se trataba de poblaciones instaladas cerca de la línea del ecuador.

Por otro lado, las personas que vivían en condiciones de luz UV más débiles, como los habitantes del norte de Europa y el norte de Asia, poseían una piel más clara y poca capacidad de producir eumelanina.

En esos tiempos, el color de la piel, al igual que los niveles del Sol, cambiaba con las estaciones y la piel mostraba rápidamente los signos de la edad.

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Cuando la piel se volvió menos resistente al Sol

Todo eso poco a poco fue cambiando cuando la gente comenzó a vivir en asentamientos permanentes. Esto habría ocurrido hace aproximadamente 10 mil años, cuando la capacidad de la piel para adaptarse a la luz solar cambió para siempre.

Cerca del año 6000 a. C., cada vez más personas pasaban más tiempo en el interior de sus casas y asentamientos amurallados, y menos en el exterior. Entonces, la gente buscaba la manera de protegerse del Sol, y cerca del año 3000 a. C. ya aparecieron los primeros productos para proteger a la piel de los rayos solares. Por ejemplo, parasoles, sombrillas, sombreros, tiendas de campaña, ropa y hasta pastas protectoras a base de minerales.

En principio, estos productos estaban destinados a la nobleza, pero con el pasar de los años comenzaron a fabricarse masivamente y pudieron llegar a toda la población.

La gente que pasaba más tiempo en el interior podía conservar una piel más clara, lo que a su vez le daba estatus. Mientras que una piel bronceada por el sol era denominada «piel de granjero» y no era bien vista por el resto de la sociedad.

Hoy en día, la piel ya no es resistente al Sol y se ha adaptado a las condiciones donde vivimos. Es decir, nuestra relación con el Sol cambió para siempre. Nuestra piel ya no puede protegernos de la misma manera que lo hacía la piel de nuestros antepasados.

Y, aunque en la actualidad un bronceado puede parecer atractivo, en realidad es un daño grave a la piel.

Referencias:

Human skin stood up better to the sun before there were sunscreens and parasols – an anthropologist explains why: https://theconversation.com/human-skin-stood-up-better-to-the-sun-before-there-were-sunscreens-and-parasols-an-anthropologist-explains-why-187559

Human Skin Didn’t Always Fear The Sun, Not Until A Huge Change 10,000 Years Ago: https://www.sciencealert.com/human-skin-didnt-always-fear-the-sun-not-until-a-huge-change-10000-years-ago

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