En Australia, una nueva técnica ha revolucionado los trasplantes de corazón. Se trata del “heart in a box”, también llamado trasplante de corazón después de la muerte (DCD). Un procedimiento que, tal y como su nombre sugiere, consiste en colocar el corazón trasplantado en una caja presurizada para que este se mantenga fresco y latiendo hasta el día de la operación. 

Gracias a esto, los cirujanos ahora pueden utilizar corazones de donantes que han dejado de latir después de la muerte, no solo los de quienes hayan perdido la vida por muerte encefálica. 

Un gran paso, sin duda, para los pacientes que deben someterse a un trasplante pronto, pues eso significa que hay más corazones disponibles. 

Una técnica de trasplante que puede salvar miles de vidas

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La cantidad de trasplantes de corazón se ha disparado en el Hospital St Vincent ‘s de Sydney desde que se introdujo esta nueva técnica de perfusión

En promedio, se realizan un 25% más trasplantes de corazón, y todos ellos han sido exitosos hasta ahora. Quizás el dato más importante, pues antes la mayoría de trasplantes con corazones moribundos eran un riesgo.

Cuando una persona muere, su corazón se detiene e inicia una fase llamada “muerte cardíaca”. Durante esta, la sangre acumulada se enfría (isquemia fría) ocasionando coágulos importantes que pueden afectar al receptor si la muerte ocurrió hace más de 12 horas.

De allí que se busque como principales donadores a las personas que sufren muerte cerebral, pues su corazón aún continúa funcionando. 

Sin embargo, con esta técnica heart in a box no hay diferencia entre los trasplantes de corazón DCD y los tradicionales.

¿Qué hace el heart in a box?

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Esta “caja” elimina por completo el problema de los coágulos o las infecciones, pues reanima al corazón después de la muerte del donante. 

Mediante el uso de un líquido de conservación, esta máquina puede hacer circular la sangre tibia y oxigenada que se quedó en el órgano donado. De esta manera, el corazón continúa «latiendo y bombeando sangre” hasta el momento del trasplante. 

Llegados a ese punto, los cirujanos sacan el corazón de la caja y lo colocan directamente en el paciente. 

En este sentido, la técnica de trasplantes DCD permite donar tanto corazones de personas fallecidas como mejorar la conservación de los órganos que se extraen de las muertes encefálicas. 

Además, ayuda a que los cirujanos puedan evaluar cómo se comporta ese corazón antes de transplantarlo al paciente. De modo que reduce la probabilidad de que el órgano traiga consigo una infección o una arritmia no diagnosticada. 

La situación de los trasplantes DCD en el mundo

En Australia y Reino Unido, ahora hay cientos de personas que han recibido corazones DCD, pues el concepto del heart in box se desarrolló en 2014. Sin embargo, muchos países todavía no han aceptado los resultados exitosos de esta nueva técnica de trasplante de corazón.

Para ellos, los corazones extraídos con DCD tardaban mucho más en recuperarse, por lo que no sienten que sea necesario incorporar esta tecnología en todo el mundo. Esto a pesar de que se estima que con dichos trasplantes más del 30% de las personas en lista de espera podrían salvarse.

Pero quizás en un futuro la situación sea diferente.

El Hospital St Vincent’s de Sydney, el único en Australia que puede realizar trasplantes DCD, está intentando popularizar el uso de esta máquina. Hasta ahora, ha logrado que España, Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido y los Países Bajos acepten los “corazones en caja”. Pero todavía les queda mucho por recorrer.

Referencias:

Innovative ‘heart in a box’ technology gives hope to transplant patients https://medicalxpress.com/news/2022-09-heart-technology-transplant-patients.html 

Heart Transplantation From DCD Donors in Australia: Lessons Learned From the First 74 Cases https://dx.doi.org/10.1097/TP.0000000000004294

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