En primer lugar, hay psicólogos que creen que mejorando la medición de la inteligencia emocional se podrían a su vez mejorar las relaciones.

Por otro lado, se dice que la inteligencia emocional influye de forma positiva en la salud, en las relaciones y en el desempeño en otros ámbitos como la escuela o el trabajo. Es más, aglunas investigaciones sugieren que hasta nos vuelve más resistentes al estrés.

Pero antes de hablar de mediciones, primero es importante saber qué es la inteligencia emocional.

Según algunos expertos como Kurt Kraiger, un profesor de la Universidad de Memphis, la inteligencia emocional es:

Una aguda conciencia de las emociones propias y ajenas, la capacidad de manejar esas emociones para realizar tareas y la capacidad de conectarse con otros usando emociones apropiadas al contexto.

Pero esto es solo la opinión. Para encontrar una definición más unificada, hay que hurgar mucho más.

Hay quienes proponen como primera posta en la carrera hacia un concepto de inteligencia emocional a la medición. Según expertos, esta sentaría las bases para aumentar y mejorar a la inteligencia emocional.

Es decir, para determinar cómo ser más inteligente emocionalmente se requiere saber cuánta mejora es posible hacer para llegar a ese objetivo.

Vía Depositphotos.

Medir la inteligencia emocional, ¿es posible?

Desde la década de los 90 que existe un debate sobre qué es la inteligencia emocional, pero también sobre cómo se la puede medir.

Por un lado, existen expertos que consideran que para medirla, primero hay que tener en cuenta los tres modelos o teorías de inteligencia emocional. Uno de ellos es el modelo de inteligencia emocional basado en la capacidad, después está el modelo de Daniel Goleman y, por último, el modelo mixto que combina elementos de los otros dos.

Por otro lado, para una medición adecuada también habría que tener en cuenta tres de las cuatro ramas de la inteligencia emocional. La primera es la capacidad de percepción de emociones, la segunda es la capacidad de comprensión de emociones y la tercera es la capacidad de regulación de emociones.

Mientras que la cuarta rama es la facilitadora del pensamiento pero sería la más difícil de medir. Esta rama refiere al proceso de modificar intencionalmente el entorno de una manera que conduzca a facilitar las emociones que uno desea.

Todas estas ramas y modelos podrían servir para saber qué y cuánto necesitamos cambiar para mejorar nuestra inteligencia emocional.

En principio, los expertos han probado tratar de mejorar la inteligencia emocional ayudando a las personas a ser más resistentes y estables emocionalmente a través del tiempo. Aunque este método no funciona para todos.

Es decir, los expertos se han enfocado en el manejo de las emociones teniendo en cuenta dos categorías: manejar las emociones con uno mismo y apoyar las emociones de los demás.

También se está experimentando con la meditación para cambiar los estados de ánimo y mejorar el control de las emociones.

Con todas estas acciones muchas personas podrían experimentar los beneficios de la inteligencia emocional, mejorando sus conexiones sociales y su salud mental.

Referencias:

Emotional intelligence might make you more resilient, but there’s a catch: https://www.inverse.com/mind-body/emotional-intelligence

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