Puede que los jóvenes de la generación Z hayan iniciado la tendencia de la moda sostenible, pero no están dispuestos a ponérsela.
Una encuesta reciente de la Universidad Sheffield Hallam asegura que nueve de cada diez jóvenes siguen comprando moda rápida. Es decir, las últimas tendencias que sacan las grandes cadenas textiles y que son poco amigables con el medioambiente.
¿Es acaso eso falta de compromiso? No precisamente.
Aunque hay una brecha clara entre lo que la generación Z dice sobre la moda y lo que hace, existe una justificación para su actitud: las marcas.
Los jóvenes se inclinan por las marcas conocidas antes que las sostenibles

La generación Z comprende a los nacidos entre los años 1997 y 2012, por lo que hablamos de jóvenes entre los 26 y los 10 años aproximadamente. Pensando en ello, la Universidad Sheffield Hallam encuestó a 56 estudiantes universitarios de entre 18 y 24 años.
En total, realizaron seis entrevistas a cada participante para saber a profundidad su gusto por las prendas de vestir sostenibles, y las no tan sostenibles.
Fue gracias a esto que se dieron cuenta que, de los jóvenes de la generación Z, solo uno de cada seis pudo nombrar una marca que fabricaba moda sostenible.
El 17 % de los participantes admitieron haber comprado moda rápida cada semana, el 62 % cada mes, y el 11 % a fin de año. Solo un 10 % de los encuestados afirmó que nunca había comprado moda rápida. Esto a pesar de haber incentivado el alquiler de ropa y otras técnicas sostenibles en la industria.
Cuando se les preguntó el porqué, la mayoría (63%) respondió que el problema era el precio. En comparación con las marcas tradicionales que usaban, la ropa sostenible era mucho más cara y difícil de adquirir.
Aunque esta terminó siendo una respuesta paradójica pues, un par de preguntas después, muchos afirmaron que estarían dispuestos a pagar más por la ropa sostenible.
Esta incoherencia llevó a los investigadores a plantearse otras posibles razones, y fue así que dieron con cuatro barreras clave. Todas ellas, vinculadas a las marcas socialmente aceptadas:
- La falta de conocimiento en marcas minoristas sostenibles.
- La falta de prendas estéticas que les gustaran en ese mercado.
- El escepticismo, pues estos jóvenes no creen que la moda sostenible es realmente sostenible.
- Y finalmente, el deseo de ser reconocidos socialmente por “ir a la moda”.
Las mujeres abogan más por la ropa sostenible, pero los hombres son los que más compran

Por otro lado, la encuesta reveló que quienes más defienden la causa son justamente los que menos compran. En este caso, las mujeres.
Durante las entrevistas, solo las mujeres estaban interesadas en que las marcas hicieran ropa sostenible de buena calidad. Los hombres, en cambio, no sentían ninguna preocupación general por el medioambiente o la industria de la moda. Sin embargo, sus hábitos de compra eran considerablemente más sostenibles.
Ellos sí asistían a tiendas minoristas más sostenibles y compraban muy poca ropa en tendencia al año.
¿Qué nos dice todo esto? Pues que si bien existe un interés por parte de los jóvenes de la generación Z, la moda sostenible aún está lejos de ser su elección de compra.
Referencias:
Generation Z members say they want sustainable clothes but buy fast fashion instead, research says https://phys.org/news/2022-08-members-sustainable-fast-fashion.html
Sustainability in the Fast Fashion Industry https://dx.doi.org/10.1287/msom.2021.1054