Obviando su tierna apariencia, los ajolotes (Ambystoma mexicanum) son mundialmente conocidos por sus habilidades regenerativas. Ni las lagartijas pueden recuperar con tanta precisión una extremidad cortada, o un órgano vital dañado como el corazón.

Pero lo que muchos no saben es que los ajolotes también pueden regenerar sus cerebros, e inclusive recomponer las conexiones neuronales que han perdido a lo largo de su vida. 

Fueron los laboratorios Treutlein y Tanaka los que dieron con esta peculiar habilidad en el anfibio. Y su estudio más reciente sugiere que estas salamandras tienen la clave para comprender el cerebro de otras especies, incluido el del ser humano.

Pero primero, ¿cómo se regeneran los ajolotes?

Hay varios tipos de ajolote, pero todos tienen habilidades regenerativas similares / Créditos: Tmcdn

Existen muchas teorías al respecto, pero para la ciencia las fabulosas habilidades de los ajolotes ya no son un misterio. 

Hace relativamente poco tiempo, se dio a conocer que estos anfibios tienen células progenitoras capaces de dividirse para formar tejido, o de convertirse en otros tipos de células para recuperar su funcionalidad. 

Por supuesto, las células que los ajolotes usan para regenerar sus extremidades no son las mismas que utilizan para regenerar sus cerebros. 

Después de hacer un tipo de secuenciación de ARN llamada scRNA-seq, el equipo descubrió que solo había tres procesos involucrados en la regeneración del cerebro. Y todos ellos estaban ligados a una célula progenitora que primero pasaba a neuroblasto y luego a neurona madura.

Para poner a prueba a esta célula, el equipo realizó un pequeño experimento. En esencia, seccionó el telencéfalo de los ajolotes y esperó varias semanas a que estos lo regeneraran. Eso sí, midiendo en todo momento el tamaño y los cambios que sufrían las células.

El telencéfalo es la división que da lugar a los hemisferios cerebrales. En ella se encuentra la neocorteza que define el comportamiento de los animales, por lo que cortarla sería fatal para cualquier ser vivo. 

Sin embargo,12 semanas después de la lesión, todos los tipos de células que había perdido el ajolote se habían regenerado por completo en el cerebro.

Las células progenitoras pasaron primero por una fase de duplicación, en la que crecieron en número para cubrir y curar la herida. Luego pasaron por una fase de diferenciación, en la que se volvieron neuroblastos. Y finalmente por un proceso de fijación, en el que se desarrollaron como neuronas y volvieron a conectar los circuitos cerebrales.

“Este recableado indica que el área regenerada también recuperó su función original”.

Xiaoyu Wei, genetista en la Universidad de Illinois 

¿Ahora podemos entender el cerebro humano?

En tres meses, los ajolotes renovaron su cerebro / Créditos: Science.org

Los ajolotes no tienen mucho en común con los humanos, por lo que puede que no aprendamos a regenerar nuestros cerebros como ellos. Pero aún así, estas criaturas pueden ayudarnos a inferir cómo las neuronas cambian con el tiempo. 

Curiosamente, las células en el telencéfalo de los ajolotes se parecen a las que hay en nuestro hipocampo, esa región del cerebro involucrada en la formación de la memoria. Así que puede que se hayan formado de forma similar o que partieran de un origen común.

Identificar todos los tipos de células en el cerebro del ajolote también ayudará al desarrollo de la medicina regenerativa.

Las intervenciones médicas para lesiones cerebrales actualmente se centran en el uso de medicamentos y células madre. Pero ninguna de estas técnicas permite al paciente recuperar las funciones perdidas en el cerebro.  

Entonces, si seguimos los pasos que usan los ajolotes para regenerar el cerebro, de seguro encontraremos la forma de hacerle frente a las enfermedades neurodegenerativas.

Referencias:

Axolotls can regenerate their brains, revealing secrets of brain evolution and regeneration https://medicalxpress.com/news/2022-09-axolotls-regenerate-brains-revealing-secrets.html 

Single-cell Stereo-seq reveals induced progenitor cells involved in axolotl brain regeneration https://dx.doi.org/10.1126/science.abp9444 

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