Saša Čaval es el líder del proyecto SOLMUS que se ha encargado de estudiar unas lápidas medievales encontradas en los Balcanes Occidentales. Ese descubrimiento despertó la curiosidad en saber cuándo y por qué los humanos empezaron a colocar lápidas en las tumbas de sus muertos.
Los primeros indicios vinculados con el origen de las lápidas para marcar tumbas habrían surgido en el Neolítico. A esta conclusión se llegó luego de hallarse numerosas estatuas de piedra, llamadas estelas, correspondientes a ese periodo histórico.
Tales esculturas estarían ligadas con la cultura Kurgan que las habrían implementado a sus entierros hace 5 mil años atrás y se las encontró en Ucrania y Moldavia.
Además, los investigadores descubrieron piedras de la Edad del Bronce y marcadores de madera en montículos. Estos dos elementos habrían servido para marcar las tumbas, la misma función que hoy cumplen las lápidas.
Pero, además, se sabe que los griegos enterraban a los plebeyos y élites en tumbas marcadas. Del mismo modo ocurrió con la cultura romana, que marcaban sus tumbas con estatuas, relieves e inscripciones que cuentan historias.

Las lápidas como parte de rituales funerarios
Čaval explica que los primeros epitafios provienen de la tradición griega que se propagó a las demás culturas occidentales gracias a la expansión del Imperio Romano.
Tanto las lápidas como las inscripciones dan indicios de las culturas de las comunidades que las crearon. Así también dejan en evidencia sus tradiciones, identidad, valores y creencias sobre la vida y la muerte.
Por ejemplo, el lugar donde se halle la tumba puede indicar el apego personal del difunto a un lugar específico. En cuanto al material con el que estén hechas las lápidas pueden reflejar el estatus social del fallecido.
Mientras que las inscripciones indicarían el nivel de alfabetización y las decoraciones pueden dar indicios de las creencias religiosas.
Para Čaval, las lápidas sin inscripciones también brindan otras informaciones. Lo mismo ocurre con la forma de la lápida o el tipo de cementerio, todo ello ayuda a construir la imagen de la sociedad en la que se hallen las tumbas.
Ahora Čaval está tratando de encontrar respuestas sobre las prácticas funerarias de la cultura que creó las stećci de los Balcanes Occidentales, unos gigantescos monumentos de piedra encontrados en tumbas de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia.
En 2016, estas 70 mil lápidas medievales fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Hasta el momento, los investigadores descubrieron que esas lápidas no estarían vinculadas con ningún grupo étnico o religioso. En cuanto a sus inscripciones, estarías escritas en escritura glagolítica y cirílica bosnia que ya están extintas.
Referencias:
Unravelling the secrets of the medieval tombstones in the Western Balkans: https://cordis.europa.eu/article/id/430591-unravelling-the-secrets-of-the-medieval-tombstones-in-the-western-balkans
When and why did humans start using tombstones?: https://phys.org/news/2022-08-humans-tombstones.html