La tribu de los Asaro, donde «los hombres de barro» lucen máscaras terroríficas y cubren su cuerpo con lodo para imitar a los demonios y espíritus con la intención de infundir temor en sus enemigos. ¿Qué otras cosas esconde esta tribu? Aprendamos un poco más sobre ella.
Esta tribu habita en el Valle de Waghi, entre las montañas de Papúa Nueva Guinea, un país ubicado al suroeste del Océano Pacífico, en Oceanía. Muy cerca del asentamiento de la tribu Asaro se encuentra Goroka, la capital de la provincia de las Tierras Altas Orientales.
Papúa Nueva Guinea se caracteriza por su naturaleza salvaje y su gran variedad de tribus exóticas. Entre ellas la tribu Asaro de los Holosa, nombre con el que también se conoce a los «hombres de barro». Pero, a diferencia de las demás etnias, la tribu Asaro se destaca por sus tradiciones espeluznantes.

Tradiciones terroríficas de la tribu Asaro
Los miembros de la tribu Asaro sienten mucho orgullo por una tradición muy peculiar donde el protagonista es un ritual horripilante. En él usan máscaras monstruosas hechas con arcilla y se cubren el cuerpo con barro blanco para parecerse a espíritus malignos o demonios.
Este ritual forma parte de las medidas extremas que la tribu Asaro tomó en el pasado como parte de su estrategia de supervivencia en un contexto hostil. En este entorno debían coexistir varias tribus en la Región de las Tierras Altas de Papúa Nueva Guinea.
Durante largo tiempo, esas etnias vivieron en guerra y constantes conflictos, por lo que la tribu Asaro tuvo que recurrir al temor para enfrentar y doblegar a sus rivales.
El origen del ritual horroroso se remonta a la década de 1940, cuando el anciano Pukiro Pode tuvo un sueño revelador en el que vio imágenes de espíritus grisáceos con rostros aterradores. Creyó que esa era la señal para empezar a actuar ante los principales enemigos de su tribu, una etnia vecina que vivía a unos 20 kilómetros. Esos guerreros los hostigaban continuamente y los Asaro se cansaron de sus constantes ataques.
Por mucho tiempo la tribu Asaro fue víctima de saqueos de ganado y secuestros de mujeres. Por eso, el anciano creyó que su sueño era la salida que necesitaban. Pensó que podían cubrir sus rostros con máscaras monstruosas y untar sus cuerpos con barro para asustar a sus enemigos, haciéndose pasar por los monstruos de su sueño.

Estrategia del terror psicológico
Con el objetivo de terminar con los conflictos con la tribu vecina, los Asaro usaron todo su ingenio para desarrollar una estrategia de ataque con la que pudieran infundir el mayor terror psicológico posible en sus rivales.
Los Asaro usaron un punto débil que su tribu tenía en común con las demás etnias vecinas: todas creían fuertemente en seres sobrenaturales. El miedo a lo sobrenatural fue la carta bajo la manga y con ella la tribu Asaro obtuvo su victoria.
Crearon las grandes máscaras de arcilla, incluyeron dientes de cerdos, tallaron orejas y bocas enormes con expresiones demoníacas. Pintaron sus cuerpos de lodo blanco y luego completaron sus disfraces con ramas colocadas en sus cinturas y garras hechas de bambú. Y para generar más temor, incluyeron armas como arcos y flechas.
Se dirigieron hasta el asentamiento de la tribu enemiga y lanzaron su sorpresivo ataque en la madrugada, ocultos por una humareda. Fue tanto el terror que sintieron sus enemigos al verlos personificados que creyeron estar ante espíritus malignos; el miedo no les permitió defenderse y no les quedó más remedio que huir hacia la selva.

Entre el conflicto y la agricultura
Después de la hazaña, los conflictos cesaron y los Asaro decidieron rememorar cada año ese exitoso acontecimiento convirtiéndolo en una tradición de la tribu. Por eso cada año los hombres de barro de la tribu Asaro vuelven a aparecer con sus terroríficos disfraces en homenaje a sus creativos ancestros en el festival cultural Goroka. Dicha festividad es organizada por las autoridades de Papúa Nueva Guinea con la intención de las diferentes etnias se conozcan, puedan estrechar lazos y de ese modo evitar enfrentamientos entre tribus.
Papúa Nueva Guinea y Brasil son los países que aún conservan tribus desconocidas. Algunas de ellas ni siquiera han tenido contacto con la civilización. En el caso particular de los Asaro, estos tuvieron su primer contacto con la cultura occidental en 1935. Pero en las la Región de las Tierras Altas de Papúa Nueva Guinea aún existen tribus que permanecen aisladas del resto del mundo. El acceso a ellas es una odisea que solo se puede concretar con un guía autorizado por los miembros de la tribu que además debe ser conocedor de la zona.
La tribu Asaro de «los hombres de barro» forma parte de los 312 tribus que hoy habitan Papúa Nueva Guinea. Aunque siempre fue considerada una de las tribus más agresivas por sus prácticas terroríficas y sus raíces caníbales, también se conoce a sus miembros como unos hábiles agricultores. Entre sus cultivos se encuentran los plátanos, el café, los cacahuetes y una variedad de productos regionales.
Referencias:
Descendencia caníbal y máscaras de terror: la tribu Asaro, una de las más raras del mundo: https://www.clarin.com/internacional/descendencia-canibal-mascaras-terror-tribu-asaro-raras-mundo_0_QZBoax58w.amp.html
Estas son las 5 tribus caníbales más peligrosas del mundo: https://okdiario.com/curiosidades/estas-son-5-tribus-canibales-mas-peligrosas-del-mundo-6685188/amp
La tribu Asaro: https://www.youtube.com/watch?v=0GGZAWVW7Ys&t=31s