Es increíble cómo el caso de la mujer de Melbourne todavía sigue causando revuelo y reflexión. Solo han pasado unos días desde que el veinteañero Harrison Pawluck de Melbourne hizo su video de “actos de bondad al azar” y filmó sin que se diera cuenta a Maree. Este video ha causado revuelo porque muestra un problema ético importante que subyace en el contenido creado “para sentirse bien”, tanto para los creadores como para los consumidores. Hecho que nos hace pensar en esto: las redes sociales están jugando a ser eudaimónicas, y eso no está muy bien que digamos.
Pero antes de seguir avanzando, te explicaremos lo que significa el término eudaimónico. Lo primero que debes saber es que dicho término proviene de la antigua palabra griega “eudaimonia”. Esta, a menudo se traduce como “felicidad”, pero el filósofo Aristóteles la usó para referirse al mayor bien humano: vivir una vida de virtud.
Así que, ahora que sabes esto, verás lo terrible que se tornan estos videos de supuesta bondad cuando descubres que son monetizados por su creador de contenido. Por tanto, ¿cómo pueden estos videos ser realmente altruistas si solo buscan sacar dinero de las reacciones de las personas a las que les hacen regalos? ¿Esto es tener una vida de virtud?
¿Qué son las redes sociales eudaimónicas?

Estas son las redes sociales eudaimónicas que han identificado los estudios de los medios de comunicación:
- Sostener carteles que afirman la vida en los centros comerciales.
- Abrazar a extraños.
- Dar grandes cantidades de dinero a personas sin hogar.
- Rescatar animales callejeros.
- Las acciones son muchas, y es que estos videos de “actos aleatorios de bondad” han demostrado ser muy populares en los canales de las redes sociales.
A diferencia de los medios hedonistas (contenido relacionado con la gratificación y placer personal), los medios eudaimónicos están destinados a hacernos reflexionar sobre el propósito, el potencial, la virtud y el significado de la vida.
De hecho, el mercado de contenido eudaimónico es muy grande. Según una encuesta de más de 777 millones de publicaciones de Facebook en 2019, se encontró que los emojis de “amor” representaron aproximadamente la mitad de todas las reacciones de video en 2018.
El video más visto de Facebook ese año, y que obtuvo más de 361 millones de visitas, fue el de Jay Shetty, un monje hindú convertido en entrenador de vida/influenciador. Allí aparecía dando una charla inspiradora a los estudiantes de la escuela.
Der acuerdo con los informes, All up Shetty ganó US $1 millón en ingresos publicitarios de Facebook en 2018, algo que sin duda inspiró a Pawluck y sus colaboradores.
Redes sociales eudaimónicas llenas de creadores hedonistas
Algunos estudios señalan que las redes sociales eudaimónicos pueden servir como un “motivador moral” que inspira un comportamiento prosocial.
Sin embargo, existe un claro problema ético cuando los creadores de contenido tienen motivaciones hedonistas altas para hacer videos sobre “sentirse bien”. Bajo esa óptica, podría decirse que estos “actos de bondad” podrían volverse performativos, al punto de ser explotadores.
En otras palabras: las personas que aparecen en estos videos de “actos de bondad al azar”, son vistas por los creadores de contenido como un medio para alcanzar un fin. Y, este caso, la meta es la fama y el dinero.
Al final del día, todos somos responsables
Es fácil centrarse en Pawluck y sus compañeros creadores de contenido, pero el problema presente en estas redes sociales que pretenden ser eudaimónicas es mucho más grande. Tan grande que en realidad tiene que ver con el problema sistémico que yace en las redes: estas suelen ser antisociales incluso cuando parecen, superficialmente, prosociales.
Y es así porque el objetivo de estos medios sociales es atraer, amplificar y manipular las emociones para aumentar el compromiso y monetizar contenido.
Por ello, los usuarios que rondan las redes sociales, debemos ser más críticos con el tipo de contenido que vemos. Al igual que la forma con la que animamos a personas como Pawluck a crear contenido semejante, y todo gracias a nuestros clics y comentarios.
Ver ese video nos hizo sentir bien o conmovidos al momento, ¿pero en serio es ético o demuestra un altruismo real? Si el creador lo está monetizando, ¿no es en realidad un poco falso su “acto de bondad? Debemos hacernos estas preguntas, así los creadores reflexionarán un poco antes de subir contenido que solo usan para manipular al público, así como para tratar de objetos a los que utilizan de protagonistas en sus videos.