Como sabemos, el lenguaje es producto de una serie de interacciones neuronales que ocurren generalmente en el hemisferio izquierdo del cerebro. Siendo precisos, en dos regiones: el área de Broca (asociada a la producción y articulación del habla) y el área de Wernicke (asociada a la comprensión). Es por eso que el daño a cualquiera de estos patrones de activación puede dificultar la comprensión de los idiomas, o directamente provocar la pérdida total del habla.

Sin embargo, todo lo que conocemos hasta ahora sobre el lenguaje proviene de los hablantes británicos y estadounidenses, pues la gran mayoría de los estudios de mapeo se han hecho escuchando o leyendo textos en inglés. Lo que pone sobre la mesa una pregunta importante: ¿las redes neuronales trabajan diferente dependiendo del idioma?

Quizás pensemos que sí, por todas las diferencias lingüísticas y fonéticas que hay entre el turco, por ejemplo, y el español. Pero los neurocientíficos del MIT han revelado que las redes lingüísticas de cualquier hablante son, esencialmente, las mismas que las de los hablantes nativos del inglés.

Nuestro cerebro ve a todos los idiomas como una red universal

Vía Pixabay

Para distinguir cuáles son las regiones del cerebro encargadas del lenguaje, los investigadores le piden a sus participantes que realicen tareas de “localización”. Es decir, actividades ajenas a la lectura que no deberían despertar a las redes neuronales encargadas del lenguaje. Como por ejemplo, escuchar un idioma desconocido o resolver problemas matemáticos.

Luego, esos patrones de activación obtenidos, del inglés, son interpretados por los distintos neurocientíficos para poder crear así teorías sobre el lenguaje y los idiomas. 

Este es el proceso tradicional que ha utilizado por décadas la comunidad científica. Pero ahora, el MIT ha realizado un mapeo cerebral con 45 idiomas diferentes en el que demuestra que no es necesario interpretar o cambiar ningún resultado. En esencia, porque las redes lingüísticas de todos los participantes se encontraban aproximadamente en las mismas regiones del cerebro, y tenían la misma selectividad por el hemisferio izquierdo. 

Los investigadores del MIT realizaron varios mapeos cerebrales utilizando 24 pasajes cortos del libro de «Alicia en el país de las maravillas». Todos ellos, grabados por un hablante nativo de cada idioma antes de reproducirlos frente al participante en cuestión.

Después de varias sesiones, el equipo detectó que, al igual que con los hablantes del inglés, las regiones frontal y temporal del cerebro se sincronizaron de manera similar al escuchar su idioma. 

Además, todos los participantes mostraron una pequeña variación al escuchar otros idiomas. La misma cantidad que suele verse entre los hablantes nativos del inglés. Así que concluyeron que los patrones de activación neuronales eran prácticamente iguales en todos los idiomas. Ya sea inglés, turco, finlandés, mandarín, francés o español. 

Entonces, ¿todos hablamos siguiendo los mismos patrones?

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No. El que compartamos la misma red neuronal para los idiomas, no significa que todos ellos operen de la misma forma.

En el inglés, el orden de las palabras tiende a ser fijo, mientras que en otros idiomas hay más flexibilidad en el orden y la formación de oraciones. Esto, por supuesto, afecta la manera en la que ese hablante se expresa y procesa la información.

Por otro lado, muchos idiomas, como el español, añaden morfemas (prefijos o sufijos) para transmitir un significado adicional entre palabras. Como por ejemplo, «supermercado» en vez de «mercado», o «altísimo» en lugar de «alto». Lo que cambia por completo la forma de comunicarnos con otras personas. 

Así que, tener patrones de activación universales no nos ayudará a aprender un nuevo idioma. Solo demuestra que todos los seres humanos utilizamos las mismas regiones para procesar, hablar e interpretar el lenguaje.

Un hallazgo que quizás no parezca importante en el día a día, pero sienta las bases para futuros estudios lingüísticos que hasta ahora eran imposibles de estudiar. En esencia, porque todo se hacía en inglés, y como sabemos, este no es un idioma que se preste a interpretaciones. 

«La esperanza es que ahora que vemos que las propiedades básicas parecen ser generales en todos los idiomas, podemos encontrar las posibles diferencias entre los idiomas y las familias de idiomas. E incluso podemos estudiar fenómenos que realmente no existen en inglés».

Evelina Fedorenko, profesora en el MIT

Es posible que esta red de idiomas compartidos en nuestro cerebro nos ayude algún día a crear un idioma universal. Pero para ello tendremos que esperar primero a que la neurociencia se anime a comparar otros idiomas. 

Referencias:

Similar patterns of brain activation and language selectivity found in speakers of 45 different languages https://medicalxpress.com/news/2022-07-similar-patterns-brain-language-speakers.html 

An investigation across 45 languages and 12 language families reveals a universal language network https://dx.doi.org/10.1038/s41593-022-01114-5

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