A los adolescentes les encanta comer galletas, snacks o caramelos de camino al colegio. Desafortunadamente, casi todos estos bocadillos contienen carbohidratos perjudiciales para la salud, que favorecen la obesidad.
No solo los padres saben esto, los investigadores de la Universidad de Staffordshire, en Reino Unido, también son conscientes. Y es por eso que han diseñado una nueva forma de evitar que los jóvenes coman golosinas poco saludables con sus compañeros de clase. Pero primero debemos entender por qué los estudiantes aman tanto las golosinas.
¿Los jóvenes no saben diferenciar los alimentos de las golosinas?

Una creencia popular sugiere que los adolescentes, y muchos niños, ven a los snacks como un alimento más dentro de su dieta diaria. En esencia, porque desconocen los comportamientos dietéticos saludables, por lo que es difícil hacerles entender que eso es un mal hábito.
Sin embargo, este equipo de investigadores demostró que, a diferencia de los niños, los alumnos de secundaria sí conocen la diferencia entre los carbohidratos malos y los buenos. Al menos 11 de cada 13 jóvenes.
El problema es que suelen sobrestimar la cantidad de aperitivos poco saludables que consumen al día. Con lo cual, en lugar de evitar estos bocadillos, los jóvenes son más propensos a comer golosinas en exceso. Y con ello, a sufrir los efectos de la comida chatarra a corto plazo. Es decir:
- Una rápida sensación de saciedad. Lo que provoca que se salten sus comidas nutritivas regulares al llegar a casa.
- Y el sobrepeso. Una condición habitual por el exceso de azúcares añadidos, que puede llevar al adolescente a padecer obesidad y ciertas patologías a largo plazo. Como por ejemplo, la diabetes o las enfermedades cardíacas.
Ambos efectos alimentarios son característicos a partir de los 11 años, según la revista científica British Journal of Health Psychology. Principalmente porque, en la escuela secundaria, los estudiantes pueden parar fácilmente en una tienda de camino al colegio o comprar bocadillos de camino a casa. Con lo cual tienen una mayor variedad de alimentos a su alcance.
Entonces, ¿cómo podemos ayudarlos a evitar las golosinas?

Es imposible impedir la compra de golosinas, o su consumo en los colegios. Pero es posible controlar la cantidad de comida chatarra que ingieren a diario los jóvenes.
Los investigadores comprobaron esto mientras aplican una nueva técnica de psicología conductual en los colegios de Reino Unido: el Enfoque de las Normas Sociales, o SNA por sus siglas en inglés. Un método que en vez de eliminar el hábito, busca corregir la percepción errónea que se tiene sobre él. En este caso, el consumo en exceso de golosinas.
En el estudio participaron más de 150 alumnos del 7º grado, de entre 11 y 12 años, y de dos colegios de educación secundaria situados en el Gran Manchester y Staffordshire.
Lo que hicieron los científicos en estas instituciones fue informarles a los jóvenes sobre alimentación saludable. A un grupo le dieron únicamente información básica sobre los efectos de los aperitivos y por qué deberían evitarlos, mientras que a los otros jóvenes, con la intervención de SNA, les brindaron adicionalmente comentarios sobre sus golosinas. En esencia, correcciones sobre el comportamiento de sus compañeros a la hora de picar. .
Curiosamente, solo los alumnos que participaron en la intervención SNA disminuyeron significativamente el consumo de golosinas después del estudio. Y también fueron los únicos que desarrollaron actitudes negativas hacia los bocadillos poco saludables. Con lo cual es posible que, con un poco de atención, y una intervención de conducta oportuna, los jóvenes puedan abandonar este hábito perjudicial para su salud fácilmente.
Después de todo, la adolescencia es la época del rápido crecimiento. Pero también es cuando los niños adquieren más control sobre su propia dieta, y empiezan a establecer hábitos alimentarios para mejorar su apariencia.
¿Una técnica efectiva para evitar que todos los jóvenes que coman golosinas?
Nos gustaría decir que la intervención SNA es un método infalible para evitar que los jóvenes coman golosinas, pero hay excepciones.
Los datos indican que la obesidad está fuertemente relacionada con la situación socioeconómica de la familia, ya que los niños que viven en las zonas más desfavorecidas tienen el doble de probabilidades de tener sobrepeso. Esto principalmente por lo costosos que son los alimentos saludables en comparación con la comida chatarra.
Por lo tanto, si no es posible asegurar una comida nutritiva y saludable en casa, de nada sirve evitar el consumo de golosinas en los colegios.
Sin embargo, estos resultados obtenidos con la SNA son importantes para los psicólogos, ya que los adolescentes son los más propensos a adquirir malos hábitos alimentarios. Así que hasta la más mínima señal de reducción en el consumo de golosinas puede ser útil para el desarrollo de nuevas estrategias saludables a futuro.
Referencias:
¿Cómo evitar que los jóvenes coman aperitivos y chucherías poco saludables? https://www.infosalus.com/nutricion/noticia-evitar-jovenes-coman-bocadillos-poco-saludables-20220717084447.html
An in-school social norms approach intervention for reducing unhealthy snacking behaviours amongst 11–12-year-olds https://doi.org/10.1111/bjhp.12581