Los incendios forestales son los peores enemigos de los árboles. Una simple llama puede quemar por completo las hojas y las raíces de estos helechos, limitando su capacidad de sobrevivir.
Pero, por fortuna, no todos los árboles tienen ese problema. Algunos se han adaptado durante siglos a las llamaradas que arrasan su entorno. Como es el caso de la secuoya gigante en el Parque Nacional de Yosemite, uno de los árboles más antiguos del mundo. Tanto así que nació dos siglos después de la República Romana, y cumple ahora 2700 años.
¿Qué es una secuoya gigante?
Las secuoyas gigantes son árboles que, por lo general, suelen superar los 91 metros de altura y los 10 metros de ancho. Esto debido a que han adaptado sus estructuras celulares para atraer y trasladar mejor el agua a lo alto del dosel (la copa del árbol). Lo que les permite seguir creciendo durante mucho más tiempo que la mayoría de los árboles con los que coexisten.
Podemos encontrar varios especímenes de secuoya dispersos por California, en unas 73 arboledas. Entre ellas, en la Sierra Nevada de California o en el Bosque Nacional Tahoe. Pero no todas son capaces de resistir los incendios.
De hecho, en el año 2021 se hizo bastante icónica la imagen de cientos de bomberos envolviendo el tronco de una secuoya gigante con aluminio, para que el árbol no se quemara.
Sin embargo, los árboles del Parque Nacional de Yosemite son capaces de soportar amenazas como las sequías y los incendios forestales sin ayuda. Al igual que otras especies como la secuoya de la costa.
¿Por qué estos árboles resisten el fuego?
Las secuoyas gigantes más antiguas tienen tres cualidades importantes que las diferencian de otros árboles milenarios.
En primer lugar, una corteza mucho más gruesa y fibrosa que protege a las raíces como un aislante natural. Esta puede alcanzar casi un metro de grosor, por lo que incluso los impactos con otras ramas en llamas no llegan a afectar su estructura. Es prácticamente un escudo natural contra el calor.
Por otro lado está su altura. A diferencia de otros árboles, las ramas y la copa de las secuoyas están a decenas de metros del suelo. Por lo tanto, ningún incendio forestal puede alcanzar las hojas de este árbol o limitar su crecimiento.
Y finalmente tenemos a sus semillas. Los conos gigantes de las secuoyas son serotinosos, lo que significa que no se abren ni liberan semillas a menos que se sometan al calor. En una situación normal, un incendio en el suelo solo provocaría la liberación de las semillas que, lejos de ser algo malo, proporcionaría un semillero mineral para la secoya en el suelo desnudo.
Estas cualidades son producto de una adaptación natural que supone miles de años de esfuerzo. De allí que las secuoyas gigantes sean reconocidas como los árboles más resistentes a los incendios. Eso sí, siempre y cuando se hable de secuoyas milenarias.
Un árbol paradójico que puede combatir el fuego o morir en el intento

Varios estudios han demostrado que las secuoyas jóvenes muestran cierta muerte regresiva en su follaje durante los períodos largos de sequía. No lo suficiente como para matar al árbol, pero sí para demostrar que definitivamente está “estresado”.
Así que, si bien hay ejemplares de árboles que pueden resistir el fuego, eso no significa que estén bien viviendo entre las llamas.
Es por ello que la prevención de los bosques es fundamental para evitar que los bomberos tengan nuevamente que recurrir a las mantas de aluminio.
Referencias:
Meet the Giant Sequoia, the ‘Super Tree’ Built to Withstand Fire https://www.scientificamerican.com/article/meet-the-giant-sequoia-the-super-tree-built-to-withstand-fire/