El mundo de los vehículos últimamente está marcado por las baterías eléctricas, pero hay un químico presente en la orina que podría servir para impulsar los vehículos. ¿Quieres descubrir de cuál se trata? Sigue leyendo y lo descubrirás.
Amoniaco, el químico que podría ayudar a crear vehículos impulsados por orina

Primero que nada, comencemos definiendo qué es el amoníaco. Digamos que es una combinación de hidrógeno y nitrógeno (NH3). Y destaca por lo siguiente:
- Se trata de uno de los pocos compuestos químicos líquidos.
- Suele liberar rápidamente energía en la combustión.
- Posee una alta densidad de energía por volumen.
También trae consigo diversas ventajas para el medioambiente. Ello es así gracias a la ausencia de carbono (C) en el NH3. Esto significa que cuando se quema, el amoníaco no puede liberar dióxido de carbono u otros contaminantes de efecto invernadero.
Ventajas del uso de amoniaco
- El amoníaco ofrece una mayor densidad de energía. Esta característica es muy beneficiosa para el transporte, el cual está muy limitado por el peso y el volumen, tal y como el transporte pesado por tierra y aire.
- Los vehículos que funcionan con amoníaco son más ligeros y no presentan el problema de eliminación que sufren las baterías de iones de litio.
- Dicho químico se ha utilizado industrialmente durante más de un siglo.
- Todo esto significa que la infraestructura de almacenamiento, manipulación y entrega ya existe en todo el mundo. Esto convierte al amoníaco en un combustible perfecto para camiones, locomotoras, aviación y transporte marítimo de larga distancia.
Después de leer todo esto, ahora sí te parecen más que atractivos los vehículos impulsados por orina, ¿no? Sin embargo, esto de usar amoniaco que está presente en la orina hasta ahora ha sido estrictamente académico. Estas son algunas de las investigaciones que se han hecho al respecto:
- En 2009, la investigación de la Dra. Gerardine Botte mostró cómo usar la electrólisis para producir hidrógeno a partir de la orina humana a un costo mucho más económico que producir hidrógeno a partir del agua.
- En 2017, investigadores del Reino Unido en la Universidad de West England desarrollaron Microbial Fuel Cell (MFC). Un programa de circuitos eléctricos impulsados por microbios como las bacterias que se alimentan de la orina.
- Los investigadores del Laboratorio de Investigación del Ejército de EE. UU. en Aberdeen Proving Ground también están analizando cómo podrían usar la orina. Están buscando la manera de usarla para alimentar dispositivos en ubicaciones remotas. Al igual que aplicarla en celdas de combustible a gran escala que alimentan vehículos y, en teoría, bases enteras.
Sin embargo, todavía tenemos que ver la adopción total del amoníaco en la producción de energía.
¿Por qué no se ha visto una adopción más amplia de amoníaco?

Es cierto que la falta de tecnología capaz de extraer amoníaco de manera eficiente en un espacio limitado, ha hecho que este químico no sea tan usado como vector de energía. Sin embargo, los avances tecnológicos están reforzando su viabilidad de uso a mayor escala. Y todo gracias a las industrias de investigación. Algunos de estos avances:
- El año pasado, la Universidad Tecnológica de Hong Kong exhibió el primer vehículo eléctrico de celda de combustible impulsado por amoníaco. Se trataba de un carrito de golf desarrollado conjuntamente con la Universidad de Oxford. El amoníaco se almacenaba dentro de un cilindro en su forma líquida. Luego pasaba por un ‘cracker’, descomponiéndose en nitrógeno e hidrógeno mediante catalizadores desarrollados por la Universidad de Oxford. También planean desarrollar un minibús y un avión impulsados por amoníaco.
- En Dinamarca, MAN Energy Solutions está desarrollando un motor de amoníaco de dos tiempos de combustible flexible. La compañía tiene como objetivo entregar la primera unidad en 2024.
- La empresa Amogy es pionera en soluciones de energía de amoníaco de alta densidad de energía y libres de emisiones. Esta desarrolló un reactor compacto de alta eficiencia que descompone el amoníaco y usa el hidrógeno para generar energía a través de una celda de combustible.
Creemos que no están mal promover formas de energía alternativa menos subrepresentadas. Además, tengamos en cuenta esto: la orina es el producto de desecho más grande de la tierra, así que es imposible que se termine pronto. Así que no nos sorprendamos si en 2024 vemos a vehículos impulsados por orina en las tiendas.