El Ártico se está derritiendo a ritmos aterradores. Miles de ecosistemas y especies están ahora a merced del aumento de temperaturas, y esta situación podría empeorar aún más con la desaparición de la tundra siberiana. Una de las ecorregiones más importantes del planeta, pues es la única que puede albergar especies exóticas como el zorro ártico, el oso polar, el reno o las focas, que no soportan los climas cálidos.
De acuerdo con el Instituto Alfred Wegener (AWI), la tundra siberiana, que ya lleva un tiempo derritiéndose, acabará por desaparecer en el año 2500. Lo que dejará cerca de 2500 kilómetros baldíos, a medida que la capa del permafrost se derrite. Un cambio drástico en el ecosistema que incluso sentiremos fuera del Ártico.
La tundra siberiana está derritiéndose

El Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina del AWI lleva más de 30 años vigilando el deshielo de la tundra siberiana. Sin embargo, nunca había percibido un calentamiento tan acelerado como el de la última década en el Ártico.
Para 1960, la temperatura media del aire registrada en los polos era de 1,3 grados Celsius. Lo que se considera una temperatura crítica para algunas especies, pero no lo suficiente como para alterar un ecosistema ártico.
Sin embargo, la acumulación de gases de efecto invernadero en 2019 hizo que el calentamiento global aumentará varias décimas, junto con la temperatura atmosférica del noroeste. Siberia alcanzó los 4 grados Celsius en 2020, aproximadamente el doble de temperatura que el resto de países alrededor mundo, y se ha mantenido desde entonces entre los 2 y 3 grados.
El permafrost que cubre las tierras árticas es similar al hielo de los glaciares, por lo que se derrite permanentemente con cada nuevo aumento de temperatura. Lo que significa que la desaparición de esta tundra siberiana es inminente, y todo lo que quedará será un bosque lleno de árboles y flores.
¿La gélida tundra se convertirá en un bosque cálido?

Aunque la fauna y la flora de estos ecosistemas es diferente a las de las selvas tropicales, las tundras en esencia son “bosques helados”. Con lo cual la mayor incógnita para los científicos no era qué pasaría con la tundra siberiana, sino cuándo ocurriría.
“Se desconoce qué tan rápido estos bosques reemplazarán el ecosistema de tundra cubierta de hierba y arbustos. Los cambios en respuesta al clima no son consistentes en todo el mundo debido al aumento de temperaturas”.
Stefan Kruse, ecologista y modelador forestal en la AWI
Para poder calcular su desaparición, el equipo del AWI tuvo que diseñar un modelo por computadora que evaluara rápidamente el deshielo de los 4000 kilómetros de tundra siberiana. El modelo cuenta los ciclos de vida de los árboles individuales, desde que se forman hasta su crecimiento, basándose en la temperatura, la precipitación y la profundidad del deshielo del permafrost.
Fue así que los investigadores se dieron cuenta que el deshielo se había acelerado en Siberia, pues había muchos más árboles al norte de la tundra de los que deberían.
Si esta situación estuviera ocurriendo en el Amazonas, o en los países tropicales, es posible que el crecimiento de un árbol fuera motivo de alegría. Pero en el Ártico los nuevos árboles no son bienvenidos, ya que su aparición significa que aumentará el calentamiento global.
Cada vez que el hielo se derrite, se liberan a la atmósfera grandes cantidades de gases de efecto invernadero que se habían quedado atrapados en la tierra. Por tanto, la desaparición de la tundra siberiana es más que una pérdida lamentable de ecosistemas, pues amenaza con aumentar la temperatura global en un 32,7% para el 2500. Esto sumando el deshielo de las dos mini tundras Chukotka y Taymyr.
¿Se puede frenar la desaparición de la tundra siberiana?
El nuevo modelo del AWI sugiere que los árboles no retrocederán aunque las temperaturas bajen. Lo que significa que es imposible recuperar los 30 kilómetros de tundra siberiana que se han perdido hasta el momento.
Pero sí podría evitarse que esta tundra desaparezca por completo en 500 años. Solo se necesita una acción rápida por parte de los gobiernos mundiales que contribuya a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin estos gases, la temperatura en Siberia podría alcanzar valores normales y frenar el deshielo de la tundra. Por tanto, los árboles no podrían seguir avanzando hacia el norte, lo que ayudaría también a preservar las distintas clases musgo y matorrales que crecen en el Ártico.
El problema es que, como sabemos, las cumbres climáticas no han sido de mucha ayuda en estos años. Y el Consejo Ártico que hasta hace poco se encargaba de la tarea, ha frenado sus operaciones este 2022 por culpa de la guerra entre Rusia y Ucrania. Con lo cual los investigadores no creen que haya esperanza para esta ecorregión en Siberia.
Su escenario menos sombrío prevé que solo se podrán retrasar las emisiones de carbono que producirá el deshielo hasta 2050. Pero tarde o temprano la desaparición de la tundra siberiana aniquilará esencialmente el ecosistema.
Así que la humanidad tendrá que soportar otro aumento de temperatura en los próximos años.
Referencias:
Siberian tundra could vanish in less than 500 years https://www.livescience.com/vanishing-siberian-tundra
All About Arctic Climatology and Meteorology https://nsidc.org/cryosphere/arctic-meteorology/climate_change.html