Podríamos decir que la ciencia ha hecho de todo para frenar el cambio climático, pero nos estaríamos equivocando. En más de medio siglo, los ecologistas nunca han considerado a las personas como el centro de la acción climática. Todo lo que han hecho es desarrollar nuevas tecnologías para mejorar el reciclaje de productos, la construcción sostenible y el ahorro de energía.
Es por eso que, en un último intento por frenar el cambio climático, los científicos de la Universidad de Exeter han propuesto darle un nuevo “corazón” al ambientalismo: el humano.
Una propuesta para humanizar la acción climática

Su propuesta, publicada en el nuevo programa Advancing Capacity for Climate and Environment Social Science (ACCESS), se sustenta en las ciencias sociales. Es decir, en utilizar la política, la sociología y la psicología para encontrar soluciones sostenibles que sean aceptadas por todos.
Muchas veces las propuestas ambientalistas están tan enfocadas en los objetivos climáticos que se olvidan de que su éxito en realidad depende de cuántas personas lo utilizarán después. Con lo cual, de nada sirve crear baños portátiles para reciclar la orina si nadie quiere probarlos.
“No se debe confiar únicamente en los avances en la ciencia y la tecnología del clima. Las ciencias sociales pueden ayudar a involucrar a las personas, y garantizar una transición ecológica que promueva otros objetivos como el bienestar, la equidad y la justicia”.
Patrick Devine-Wright, profesor de la Universidad de Exete
En cambio, si se pensara en las personas como el corazón de la acción climática, entonces todo sería diferente. Los ingenieros y los científicos naturales podrían comprender en dónde invertir su tiempo y esfuerzo, y las personas y el planeta se beneficiarían con un mayor bienestar.
¿Cómo este nuevo enfoque ayudará a las personas a frenar el cambio climático?

Puede que esta idea parezca un último recurso espontáneo, pero en realidad lleva varios años estudiándose.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) consideró la posibilidad de incluir la visión humanística en su primera reunión, por la década de los 2000. Sin embargo, no existía una hoja de ruta que les ayudara a entender cómo podría incorporarse a las personas en la acción climática.
De hecho, aún desconocen cómo podrá llevarse a cabo este enfoque. Pero después de cinco revisiones, concluyeron que antes de un cambio climático profundo debe haber un cambio social aún más profundo. Con lo cual tendremos que ver cómo este equipo de Exeter se las ingenia para cambiar el curso moderno del activismo ambiental.
El documento final presentado por estos investigadores no nos da ninguna pista más allá del uso de las ciencias sociales, pero si algo deja claro es la importancia de las personas en la acción climática:
“Dado que todas las soluciones climáticas involucrarán a las personas de una forma u otra, las ciencias sociales tienen un papel vital que desempeñar”.
Patrick Devine-Wright
Referencias:
People must be ‘heart’ of climate action, researchers say https://phys.org/news/2022-05-people-heart-climate-action.html
Placing people at the heart of climate action https://dx.doi.org/10.1371/journal.pclm.0000035