Una nueva investigación deja en claro que arrojar los peces dorados a los ríos no sería buena idea, pues pueden llegar a ser una verdadera amenaza para esos ecosistemas.
Los peces dorados consumen mucho más que otros peces que habitan los ríos del Reino Unido. Es una especie que come más que otros peces invasores y también está mucho más dispuesta a enfrentarse agresivamente a otras especies competidoras.
Por lo que, si estás pensando en deshacerte de tu pez dorado, piénsalo dos veces antes de tirarlo al río o canal. Los peces dorados parecen criaturas inocentes, pero su apetito es voraz. Además, tienen más tolerancia al frío y hábitos de ir rápido en comparación con las especies nativas.
Peces dorados, una amenaza para las demás especies que habitan los ríos
Por todo lo anteriormente dicho, se puede concluir que los peces dorados representan una triple amenaza.
Se trata de una especie que combina un apetito insaciable con un comportamiento audaz. Además, se sabe que los peces dorados son tolerantes a condiciones de mucho frío. Es una especie que podría representar una amenaza real para la biodiversidad nativa en ríos y lagos. Existe el riesgo de que los peces dorados terminen consumiendo los recursos de los que dependen otras especies.
El estudio reciente determinó de que existe la posibilidad de que muchos peces dorados hayan sido liberados a la naturaleza durante el confinamiento. Pero, los investigadores no están seguros si este es el caso.
La investigación no se centró en conocer si el confinamiento tuvo que ver o no con la liberación masiva de peces dorados.

Estudio de dos especies de peces invasores
El estudio examinó las dos especies de peces más comercializadas en Irlanda del Norte: el pez dorado y el pececillo de montaña nubes blancas. Los peces dorados son considerados invasores, mientras que los pececillos de montaña aún no han sido catalogados como tales. Ambas especies son miembros de la familia de las carpas y son nativas del este de Asia.
Los investigadores establecieron un nuevo método para evaluar y comparar los impactos de ambas especies al observar la disponibilidad, las tasas de alimentación y el comportamiento. Según estos estándares, los peces dorados superaron con creces al pececillo de montaña nubes blancas. Pero sobre todo demostraron ser capaces de causar estragos en las poblaciones de vida silvestre nativa en estanques, ríos y arroyos del Reino Unido.
Los peces dorados se alimentan de renacuajos y otros peces pequeños cuando se liberan en las vías fluviales del Reino Unido, alterando los ecosistemas naturales.
En los Estados Unidos, los peces dorados crecen hasta más de 30 cm de largo en algunas vías fluviales, debido a su capacidad de adaptación.
Muchos dueños de mascotas sienten que están actuando humanamente al arrojar a sus peces dorados a los ríos o lagos, pero hacerlo podría ser destructivo. Tampoco es recomendable tirarlos por el inodoro, esto está prohibido.
Una forma de limitar el daño, según el estudio, sería que las tiendas de mascotas almacenen más especies alternativas que no representen un riesgo tan invasivo.
Otra alternativa para no causar daño es recurrir a tiendas o sitios web donde se pueden regalar o intercambiar por otros peces.
Referencias:
Shiny but deadly – don’t throw goldfish in rivers, pet owners told: https://www.theguardian.com/environment/2022/may/25/shiny-but-deadly-dont-throw-goldfish-in-rivers-pet-owners-told