¿Alguna vez has usado aplicaciones y podcasts de budismo? Si es así, en algún momento también te habrás preguntado si el budismo que representan allí es auténtico o no. Algunos académicos han dicho que el budismo digital personifica la apropiación occidental y la dilución de las prácticas asiáticas tradicionales. En cambio, el filósofo esloveno Slavoj Žižek, lo percibe como una encarnación del espíritu del capitalismo tardío.
Para entender un poco más este conflicto, iremos ahondando en los argumentos contra el budismo digital y lo que implica o no una práctica auténtica.
Argumentos en contra del budismo digital
Los tres argumentos que los académicos suelen señalar en contra del budismo digital son los siguientes:
Primer argumento: algunos académicos argumentan que el budismo en línea difiere de las formas anteriores, no en el mensaje, pero sí en la manera en que se transmite.
Segundo argumento: otros académicos lo ven como un mero consumismo popular. Solo que en este se toman tradiciones históricamente ricas y complejas. Y luego las vuelven a empaquetar selectivamente para obtener ganancias monetarias.
Tercer argumento: lo ven como una apropiación de las tradiciones asiáticas por parte de la cultura popular occidental. Tal y como señala la erudita en religión, Jane Iwamura: “esto oscurece las voces de los budistas reales de ascendencia asiática”.
La verdadera naturaleza de la felicidad

Hay algo que todos los eruditos que están en contra del budismo digital no tienen presente: el profundo deseo de muchos budistas occidentales de tener una experiencia espiritual intensa.
Para entender lo que quieren decir con autenticidad, debemos observar los términos filosóficos griegos ” hedónico” y “eudaimónico “.
El concepto de hedonismo hace referencia a lo siguiente: el objetivo final de la vida debería ser maximizar el placer. ¿Y la cultura popular actual qué hace? Pues se centra en la felicidad hedónica, que valora una visión de la vida extrovertida, sociable y alegre. Por ello, gran parte del budismo digital que vemos en aplicaciones de meditación promueven momentos de felicidad personal, calma y relajación.
En cambio, eudaimonia significa la condición de “buen espíritu”, que comúnmente se traduce como ” florecimiento humano “. De hecho, para Aristóteles, la eudaimonia es el fin más alto.
El estudioso británico de la ética budista Damien Keown sostiene que existe una resonancia entre la ética budista y la ética de la virtud aristotélica. Keown piensa que en el budismo, el cultivo de la felicidad eudaimónica, si no es suficiente, es necesario para mantener una buena vida. Y que es la preocupación por el bienestar de los demás, tanto humanos como no humanos, lo que lleva a una vida feliz que vale la pena vivir.
¿Entonces, qué es la práctica auténtica?
Debemos tener presente que el budismo ha sido modificado y traducido a nuevas culturas miles de veces. Y sí, es cierto que el budismo occidental en línea muestra que ha sido traducido para adaptarse a nuestra sociedad de consumo.
Pero, si la práctica budista digital se acerca a la buena vida como eudaimónica. Es decir, que conduce al florecimiento humano basado en la búsqueda de un significado más profundo, podríamos decir que es auténtica. Una práctica no auténtica es aquella que simplemente promueve el hedonismo, solo felicidad y relajación.