¿Puedes notar la diferencia entre una niña y un niño recién nacidos basándote únicamente en su temperamento? Pues no, para muchos es imposible. Sin embargo, cuando cumplen alrededor de un año, eso comienza a cambiar. Un nuevo estudio en PLOS ONE utilizó la tecnología IA para analizar los datos de temperamento de 4.438 bebés en un intento de clasificarlos por género y edad.
Y descubrieron que es mucho más fácil para los algoritmos informáticos determinar la edad de un bebé que descifrar el género en función de los datos de temperamento. Al menos durante las primeras 48 semanas de vida del bebé.
Sin embargo, una vez que los bebés pasaron las 48 semanas de edad, los algoritmos lograron mejorar la clasificación de género. Ello sugiere que las diferencias de género en la infancia se vuelven más acentuadas en esta época.
De acuerdo con Maria Gartstein, profesora de la Universidad de Washington y autora principal del estudio: “Al menos sugiere una imagen en la que el temperamento comienza a diferenciarse por género de una manera más poderosa alrededor de la edad de un año”.
¿Cómo se realizó el estudio que determina que la IA puede predecir la edad y sexo del bebé?

Estos fueron los pasos que la doctora Gartstein y sus colegas siguieron para realizar el estudio:
- Lo primero que hicieron Maria Gartstein y sus colegas fue comunicarse con científicos de todo el país para recopilar datos de cuestionarios de comportamiento infantil recopilados entre 2006 y 2019
- Este cuestionario es una medida de temperamento informada por los padres. Aquí se les pide a estos registrar la frecuencia de 191 comportamientos diferentes que muestran sus hijos durante la última semana entre los 3 y los 12 meses de edad. Esos datos se usan para calificar a los bebés en 14 dimensiones de temperamento diferentes. Entre ellos está la sonrisa, el nivel de actividad, la ira/frustración y el miedo. En general, Gartstein y sus colegas recopilaron datos de 2.298 niños y 2.093 niñas.
- Para efectuar el análisis, el coautor Erich Seamon de la Universidad de Idaho utilizó IA para clasificar a los bebés por género entre las 0 y las 24 semanas de edad. Y también entre las 24 y las 48 semanas de edad y más. Utilizó el tiempo de 48 semanas según las calificaciones de las 14 dimensiones del temperamento. Las tasas de precisión aumentaron con la edad, desde un mínimo del 38 % para el grupo de edad uno hasta el 57 % para el grupo de edad tres.
Sobre esto, Gartstein dijo: “Fue una excelente oportunidad para hacer una especie de estudio de demostración utilizando estas técnicas de aprendizaje automático que requieren conjuntos de datos realmente grandes y no son muy comunes en la investigación del desarrollo socioemocional”. También señala: “Nos dio la oportunidad por primera vez de considerar realmente hasta qué punto las diferencias de género están informadas por la edad del bebé”.
¿Cuáles fueron los resultados del estudio?
- Los resultados mostraron que el miedo era la característica más importante para distinguir a los niños y niñas de los grupos de edad más jóvenes y de rango medio.
- En los bebés mayores de 48 semanas, el placer de baja intensidad o el disfrute en actividades familiares tranquilas, fue la variable más influyente para distinguir a los niños de las niñas. Las niñas obtuvieron mejores resultados en el miedo, la reactividad a la caída y el placer de baja intensidad. En cambio, los niños obtuvieron mejores resultados en el acercamiento.
- Ciertas características del temperamento restaron valor a la precisión de la IA para clasificar a los bebés por género, en particular la ternura, la reactividad vocal, la sonrisa y la risa en el grupo de edad más joven. Por otro lado, la sonrisa, la risa, la sensibilidad perceptiva y actividad lo fueron en el grupo de mayor edad.
- El trabajo de los investigadores es consistente con hallazgos previos que muestran que los efectos de la socialización realmente comienzan a notarse alrededor del año de edad.
En el futuro, Gartstein espera que el plan sea aprovechar el enfoque de aprendizaje automático que ella y sus colaboradores desarrollaron para el estudio actual. Y así hallar respuestas a otras preguntas difíciles de responder sobre el desarrollo social y emocional en los bebés.