Alejado de las creencias populares, un nuevo estudio sobre la cocina paleolítica sugiere que nuestros antepasados humanos eran todo menos equilibrados a la hora de comer. Al punto que abandonaron las ensaladas, las bayas y los granos para cenar cada día carne de mamut. Es decir, vivieron como humanos depredadores de carne.
En este sentido, es posible que los Homo sapiens y Homo erectus hayan dado una impresión equivocada durante demasiado tiempo. En lugar de simplemente abrirse paso entre las glaciaciones para conquistar el globo, podrían haber sido también “reyes” del Pleistoceno, encabezando las listas de depredadores de hace 2,5 millones de años.
Lo que alguna vez comimos fue carne

Para dar con este dato, los investigadores de la Universidad de Tel Aviv y la Universidad de Minho tuvieron que estudiar cientos de huesos de antiguos homínidos. Entre ellos, dientes a los que les aplicaron un análisis de isótopos para reconstruir las moléculas con las que alguna vez se alimentaron.
Curiosamente, los homínidos que vivieron las glaciaciones terrestres no conservaban ningún rastro vegetal en sus huesos. Lo que significaba que, hasta hace 12 mil años, la dieta de los Homo sapiens era carnívora. Principalmente sustentada en el consumo de animales de gran tamaño, como los mamuts, mastodontes y perezosos gigantes.
Esto podría deberse a que los restos de plantas no se conservan tan fácilmente en los huesos como los aminoácidos de la carne. Sin embargo, estudios anteriores sobre la dieta de otros homínidos habían encontrado material vegetal con este mismo método de análisis. Con lo cual nuestros antepasados humanos más cercanos debieron ser los principales depredadores de su época.
¿Por qué los homínidos consumían tanta carne?

Los investigadores desconocen la razón exacta, pero especulan que pudo deberse a muchos factores combinados durante el Pleistoceno y el Pleistoceno Superior.
Por una parte, al hecho de que las plantas eran más difíciles de encontrar. Recordemos que se trata de una época dominada por la última gran glaciación, que cubrió buena parte de Europa y América del Norte con espesos glaciares. Lo que significa que muchas “zonas verdes” pasaron a ser “zonas blancas”, en donde había espacio para las plantas.
Por otro lado, puede que esta práctica les ayudará a crearse un nombre y evitar ser cazados. Ningún estudio hasta la fecha ha podido demostrar que los humanos primitivos fueran presa de otros depredadores de carne. No es un secreto que los Homo sapiens eran bastante ingeniosos para cazar y esconderse, pero aún así resulta extraño que no tuvieran miedo a otros carnívoros. La única explicación posible es que, a ojos de estas criaturas, ellos se vieran como depredadores superiores en la cadena alimenticia.
Además, se dice que, en comparación con otros primates, los humanos necesitan más energía para alimentar al cerebro. Por tanto, es posible que los homínidos vieran en las proteínas cárnicas una buena fuente de alimento para no tener que pasar todo el día buscando comida.
Aunque, por supuesto, en el tema dietas siempre existe la posibilidad de que esta preferencia por la carne fuera solo eso, una preferencia.
La evidencia más grande del consumo de carne primitivo está en nuestra fisionomía

En cualquier caso, es un hecho que los Homo sapiens y Homo erectus, primos cercanos al humano moderno, eran depredadores de carne. Más allá de los registros fósiles o el análisis del ecosistema glaciar, las pruebas de esa dieta siguen incrustadas en nuestros cuerpos. Como parte de nuestro metabolismo, anatomía y predisposición genética.
“Los comportamientos humanos cambian rápidamente, pero la evolución es lenta. El cuerpo recuerda”.
Miki Ben-Dor, investigador en la Universidad de Tel Aviv
Tenemos mayores reservas de grasas que el resto de omnívoros
Estas células son pequeñas pero numerosas en nuestro organismo y nos ayudan a generar energía rápidamente hasta nuestra siguiente comida. Lo que se parece más al comportamiento biológico de los carnívoros, que al de las criaturas omnívoras que se supone que somos.
Nuestro sistema digestivo se parece al de los depredadores de carne arriba de la cadena alimenticia actual
Tenemos un ácido estomacal inusualmente fuerte que puede matar las bacterias de la carne y descomponer proteínas en segundos. Algo que no podríamos haber desarrollado si los homínidos antiguos no hubieran tenido por costumbre consumir chuletas de mamut en estado de descomposición.
Los genomas humanos dependen de la carne más que del azúcar
A excepción del cerebro, el resto de órganos en nuestro cuerpo requieren de una dieta rica en grasas para sobrevivir. Los genetistas creen que esto se debe a que el genoma humano tiene áreas “depredadoras de carne”, a diferencia de los chimpancés que dependen de los azúcares para obtener aminoácidos y colesterol.
En conclusión… ¿Los humanos somos depredadores naturales de carne?

Desde el punto de vista nutricional e histórico parece que somos amantes de la carne. Aunque en la actualidad las dietas veganas sean lo más común.
Este hallazgo es posiblemente uno de los más interesantes para los nutricionistas desde que los arqueólogos descubrieron que los reyes británicos no consumían carne. Es por eso que se están planteando estudiar cómo ha evolucionado el consumo de carne a lo largo de la historia y las distintas culturas.
Pero, por supuesto, esto demorará algo de tiempo. Así que de momento quedémonos con que la carne fue nuestro soporte nutricional durante muchos años.
Referencias:
Humans Were Actually Apex Predators For 2 Million Years, Evidence Shows https://www.sciencealert.com/humans-were-actually-apex-predators-for-2-million-years-study-finds
The evolution of human trophic level during the Pleistocene https://doi.org/10.1002/ajpa.24247