La región del Ártico ha sido por mucho tiempo un punto estratégico para fomentar la búsqueda y el rescate de los recursos naturales en nuestro planeta. Así como una zona de cooperación científica para países como Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia, Rusia y Estados Unidos, quienes en 1996 formaron un “Consejo Ártico” para estudiar los efectos del cambio climático.
Sin embargo, la reciente invasión de Rusia a Ucrania ha hecho que se tensen las relaciones dentro de esta asociación. Tanto así que el 24 de febrero el conglomerado de países anunció que “detendrían” sus investigaciones temporalmente. Esto porque la presidencia del Consejo Ártico estaba en manos de Rusia, y ninguno quería seguir manteniendo contacto con él.
Ahora bien, lejos de la moralidad sobre si esta conducta fue o no apropiada, se dice que puede afectar seriamente el futuro del planeta. Pero ¿qué tan es cierto es este rumor? Vamos a repasar los hechos.
Funciones del Consejo Ártico antes de disolverse

El Consejo Ártico lleva dos décadas centrado en los desafíos que plantea el cambio climático. Mayormente en los vinculados al calentamiento global, como son el derretimiento de los polos y las emisiones de combustible fósil. Aunque, curiosamente, este no fue su objetivo inicial.
A principios de 1996 esta asociación buscaba fomentar la colaboración científica, haciendo de “puente” entre las distintas comunidades estadales e indígenas de la zona. Pero con el tiempo el conglomerado fue expandiendo sus funciones e incorporando otras medidas para garantizar la seguridad global. Entre ellas, el desarrollo de operaciones de búsqueda y rescate, la formación de alianzas científicas, y la creación de informes anuales sobre el impacto climático.
Por tanto, sí. Su desaparición afectaría seriamente al planeta, ya que implicaría que la comunidad científica perdería un valioso canal de comunicación, y la Tierra, a un consejo aliado que le ayude a frenar el cambio climático en el Ártico.
Problemas del cambio climático que ahora se han quedado “congelados”
Quizás el impacto de esta decisión no se sienta de forma inmediata, pues no es la única organización encargada de estudiar el calentamiento global. Pero los científicos aseguran que tarde o temprano veremos sus efectos. Especialmente en la zona del Ártico, donde el cese de actividades ya ha dejado muchos problemas en el aire. Concretamente dos, con proporciones masivas.
Nuevas rutas de navegación que nadie está controlando

Debido al aumento de temperaturas y la disminución del hielo, se están abriendo nuevas rutas de navegación en el Ártico. Lejos de ser positivo, esta expansión del mar supone que los lugareños tendrán más posibilidades para explotar petróleo, gas y minerales en la zona. Lo que significa que aumentará la contaminación y los conflictos sociales.
El Consejo Ártico hasta ahora ha manejado la situación rastreando explotaciones cercanas y realizando operaciones de limpieza para evitar que los desperdicios aceleren el cambio climático. Pero evidentemente estas operaciones se han detenido tras el anuncio de febrero, por lo que el Ártico actualmente no tiene a nadie que lo defienda contra la contaminación.
Un aumento silencioso de la temperatura en Europa

Además, el “congelamiento” de actividades en el Consejo Ártico también podría perjudicar la temperatura del planeta. Si bien este conglomerado no realiza labores directas para frenar el derretimiento de los polos, si monitorea y evalúa los cambios en el tamaño de los glaciares árticos. Así como las poblaciones de osos polares y otras especies que se han visto afectadas.
Gracias a esto, otros científicos pueden hacer estimaciones sobre el impacto ambiental y cómo frenarlo. Con lo cual es probable es que muchos cambios en la zona pasen desapercibidos sin su presencia.
¿Es posible que el Consejo Ártico vuelva a funcionar como antes?

Los países que conforman el Consejo Ártico han preferido reservarse sus opiniones sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, por su actitud, es bastante evidente que no están dispuestos a colaborar con Moscú. Aunque es posible que esto cambie cuando el conflicto armado termine.
Después de todo, el conglomerado tiene experiencia con los temas militares polémicos. En 2014 en Consejo se enfrentó a una situación similar cuando Rusia invadió la península de Crimea, y todo pareció estabilizarse una vez que esta zona se anexó a Rusia.
Quizás la confianza y la paz no vuelvan a reinar dentro del Consejo Ártico, pero si la disposición para continuar estudiando los cambios climáticos. O al menos esperamos que sea así, por el bien del planeta.
Referencias:
Why freezing the Arctic Council is bad news for global security https://phys.org/news/2022-04-arctic-council-bad-news-global.html
US officials: Arctic thawing poses national security concern https://phys.org/news/2019-06-arctic-poses-national.html
Arctic Council https://arctic-council.org/