Hace más de dos mil años Aristóteles y un grupo de científicos afirmaron que la Tierra era perfectamente redonda. Esto en total contraposición a los teóricos terraplanistas que en su momento aseguraban que el planeta se extiende de este a oeste en el espacio.
Sin embargo, los avances astronómicos del nuevo siglo han confirmado que ambos teóricos milenarios se equivocaban.
Ni plana ni redonda, la Tierra es perfectamente achatada

Si pudiéramos medir el centro de la Tierra con una cinta métrica, seguramente encontraríamos unos 42 kilómetros más en el Ecuador que en los polos terrestres. Esto se debe a que la Tierra está un poco aplastada en los polos, lo que hace que el Ecuador se hinché y sobresalga. Casi como si una persona gigante “presionara” la parte superior e inferior del planeta.
De hecho, la mayoría de los planetas y las lunas en nuestra galaxia presentan el mismo problema de “constricción en sus polos”. Por ejemplo, Saturno posee un Ecuador 10 veces superior a sus polos, lo que hace que sea un óvalo perfecto. O Achernar, una estrella azul que tiene un diámetro ecuatorial 56% mayor que el que reporta en sus polos, y por el que se le denomina “huevo estelar”.

Si bien en el caso de la Tierra el achatamiento es mucho menos perceptible, de aproximadamente 0,003%, para los científicos modernos resulta igualmente incorrecto referirse a nuestro planeta como una esfera “perfectamente redonda”. Especialmente porque esto limita el estudio del planeta y de sus propiedades.
¿Por qué no existen planetas perfectamente esféricos en el espacio?

El astrónomo James Tuttle Keane de la NASA asegura que no es casualidad que todos los planetas se “achaten”. Por el contrario, este fenómeno es causado por una fuerza espacial que va moldeando su composición con cada nuevo movimiento: la fuerza centrífuga.
La fuerza centrífuga es la inercia que permite que los planetas, y objetos, orbiten alrededor de su propio eje. Cuando la rotación es lenta, está fuera es muy leve, por lo que el núcleo en el interior del planeta se mantiene estable. Como ocurre con Marte, el gemelo de la Tierra, que posee una forma casi perfectamente redonda, debido a los 88 días que tarda en completar una vuelta.
Por el contrario, cuando la rotación del planeta se acelera, el núcleo comienza a moverse, generando una fuerza adicional sobre las zonas cercanas, es decir el Ecuador, que acaba por “achatar” los polos planetarios. Esto a fin de evitar que la fuerza centrífuga fracture la Tierra y se parta en dos mitades iguales.
“Cuanto más rápido gira algo, más actúa sobre él la fuerza centrífuga y más achatado se ve. Por eso la Tierra es uno de los planetas más achatados que hay después de los gigantes gaseosos Júpiter y Saturno”.
James Tuttle Keane, astrónomo e investigador de la NASA
Isaac Newton dio con esta fuerza después de observar que los barcos que partían no solo parecían más pequeños a medida que navegaban, sino que también parecían hundirse en el horizonte. Lo que indicaba que debía existir alguna “protuberancia” en la Tierra que deformara la imagen del objeto a partir de los 20 mil metros.
Vivir en un planeta que no es perfectamente redondo tiene sus ventajas
Aunque para algunos pueda ser decepcionante vivir en un planeta amorfo como la Tierra, lo cierto es que esconde muchas más ventajas de las que podría tener un planeta perfectamente redondo.
Variación en el nivel del mar

Gracias a esta dinámica achatada, el mar en el Ecuador es ligeramente más extenso que el de los polos, lo que favorece la distribución de la salinidad de un punto a otro. En consecuencia, los suelos submarinos aumentan su capacidad de absorción hídrica, y dan lugar a una rica flora de la que pueden alimentarse múltiples especies.
Biodiversidad

En este sentido, el que la Tierra no sea perfectamente redonda, también contribuye a una mayor biodiversidad. Tanto para las especies marinas que se alimentan de la flora salina, como para las especies terrestres que luego las cazan.
Temperatura

Además, el achatamiento de los polos favorece que el Ecuador esté más cerca del Sol durante toda órbita elíptica. Como resultado, la diferencia de radiación solar entre los polos y los trópicos genera una variación sustancial de la temperatura que favorece, por ejemplo, la formación de glaciares en las zonas alejadas. Así como inhibe el clima estacional en las zonas ecuatoriales.
Si somos muy fanáticos de la observación como Newton, incluso podemos ver como “ventaja” las formas tan curiosas que genera este achatamiento en el horizonte. Por tanto, ya viene siendo hora de que dejemos de discutir posturas milenarias sobre si la Tierra es perfectamente plana o perfectamente redonda, y comencemos a verla con nuevos ojos.
Referencias:
Why isn’t Earth perfectly round? https://www.livescience.com/why-earth-not-round
Are our planets perfect circles? If so, how and why do they appear so? https://www.quora.com/Are-our-planets-perfect-circles-If-so-how-and-why-do-they-appear-so
¿Cómo influye la salinidad en los suelos? https://nutricontrol.com/es/como-influye-la-salinidad-en-los-suelos/
Por qué preocupa que los polos de la Tierra sean cada vez menos blancos https://www.bbc.com/mundo/noticias-59045601