Hay que reconocer que todavía existe un gran vacío en nuestro conocimiento acerca de por qué suceden muchas cosas a nuestro alrededor. La biología no escapa a ello. Varios estudios recientes han dejado en evidencia que aún falta mucho por estudiar, en especial sobre la sexualidad de muchas especies animales. En estos estudios se descubrió que las hembras de especies variadas de animales han desarrollado sus órganos sexuales para el placer en lugar de la reproducción.
¿Cómo la evolución ayudó a las hembras a desarrollar órganos sexuales para conseguir placer sexual?
Algunos biólogos como Patricia Brennan quisieron explorar la sexualidad de muchas especies de animales para observar cómo evolucionaron sus genitales. En una de sus tantas investigaciones comprobó que los órganos sexuales de los patos tenían formas muy extrañas y sorprendentes. En el caso del macho, el pene tiene forma de espiral. Mientras que la vagina tiene una estructura igualmente compleja.
Pero mucha fue la sorpresa al encontrar que las vaginas de las hembras se torció en la dirección opuesta a la del macho. En otras palabras, estas vaginas parecía haber evolucionado no para acomodar el pene, sino para evadirlo.
Fue entonces cuando Brennan empezó a pensar en el conflicto. Sabía que el sexo con patos podía ser notoriamente violento. De hecho, en algunas especies, hasta el 40 por ciento de todos los apareamientos son forzados. Se cree que la tensión proviene de los objetivos contrapuestos de los dos sexos: el pato macho quiere engendrar la mayor cantidad posible de crías, mientras que la hembra quiere elegir al padre de sus hijos.
Al diseccionar cuidadosamente los genitales de 16 especies de aves acuáticas, Brennan y sus colegas encontraron que los patos mostraban una diversidad vaginal sin igual en comparación con cualquier grupo de aves conocido.

Créditos: Patricia Brennan.
La reproducción ya no era el objetivo
Brennan y sus colegas se habían dado cuenta que muchas cosas pasaban dentro de esas vaginas. El mayor descubrimiento que consiguieron encontrar fue el cambio rotundo de objetivo de estas hembras. Ahora buscaban dificultar el trabajo del macho. ¿Por qué?
Lo que sea que estuvieran haciendo las hembras, lo estaban logrando. En los patos, solo del 2 al 5 por ciento de las crías son el resultado de encuentros forzados. Aunque una hembra no podía evitar el daño físico, su anatomía podía ayudarla a controlar los genes de su descendencia después de un apareamiento forzado.
Brennan buscó más allá y quiso saber qué pasaba con otros grupos de animales. Un mundo se abrió ante sus ojos: la gran variedad de vaginas de animales, maravillosamente variadas y lamentablemente inexploradas Durante siglos, los biólogos habían elogiado el pene, adulando su longitud, grosor y armamento.
La contribución de Brennan, por simple que parezca, fue observar las dos mitades de la ecuación genital. Aprendió que las vaginas eran mucho más complejas y variables de lo que nadie pensaba. A menudo, juegan un papel activo en la decisión de permitir la entrada de intrusos, qué hacer con el esperma y si ayudar a un macho en su búsqueda para inseminar.
¿Qué sucede en las demás especies?
Durante décadas, los biólogos habían notado una característica extraña que se encuentra en el tracto reproductivo de los mamíferos marinos como los delfines, las ballenas y las marsopas: una serie de párpados carnosos, como una pila de embudos, que conducen al cuello uterino. En la literatura, se los conocía como “pliegues vaginales” y se pensaba que habían evolucionado para mantener el agua de mar que mata los espermatozoides fuera del útero.
Pero esto no era así. Al igual que en los patos, parecía que los machos y las hembras estaban desarrollando características especializadas para obtener una ventaja evolutiva durante el sexo.
En especies de animales como los delfines, las hembras habían evolucionado sus órganos sexuales para conseguir placer. Los biólogos encontraron que las hembras de delfín poseían un enorme clítoris, parcialmente envuelto en una capucha de piel arrugada. Este clítoris se parecía mucho al clítoris humano. Suponen los biólogos que también funciona como tal. Brennan no puede decir con certeza que los delfines tienen orgasmos, pero ella está segura de que el sexo se siente bien para ellos.
Hoy en día, los biólogos saben que los genitales hacen mucho más que encajar mecánicamente. También pueden señalar, simbolizar y excitar, no solo a una pareja potencial, sino a otros miembros de un grupo. En humanos, delfines y más allá, el comportamiento sexual puede usarse para fortalecer amistades y alianzas, hacer gestos de dominación y sumisión, y como parte de negociaciones sociales como reconciliación y pacificación.
Estos otros usos del sexo pueden ser una de las razones por las que los genitales de los animales son tan extraños y maravillosos más allá de la combinación estándar de vagina y pene Por eso la evolución ayudó a las hembras de muchas especies de animales a tener órganos sexuales que no solo les sirven para reproducirse.
Referencias:
Why Have Female Animals Evolved Such Wild Genitals?: https://www.smithsonianmag.com/science-nature/why-have-female-animals-evolved-such-wild-genitals-180979813/