Por siglos hemos asumido que las células son completamente simétricas, tan ovaladas como pequeñas islas dentro de nuestro cuerpo. Pero ahora un nuevo estudio genético nos demuestra que estas células en realidad tienen tentáculos protuberantes, que les ayudan a comunicarse físicamente con sus vecinos e incluso atacar a enemigos moleculares.
Estas protuberancias parecen estar ubicadas en el filopodio y funcionar como una “articulación” para las células.
Las células también tienen “esqueleto”

Los filopodios son microestructuras que se encuentran en la superficie de nuestras células, cerca de sus paredes. Estas estructuras, a diferencia del resto de elementos plasmáticos, son dinámicas. Lo que implica que pueden alterar su forma tanto como deseen, según comentan los investigadores del estudio en Copenhague.
“Los filopodios exhiben un rico comportamiento de pandeo, tracción, longitud y cambios de forma. Al combinar el crecimiento y el encogimiento con la torsión axial y el pandeo, estas células se dotan de protuberancias dinámicas”.
Poul Martin Bendix, biofísico del Instituto Niels Bohr en Copenhague
Gracias a estos tentáculos, las células pueden llevar a cabo funciones básicas en el entorno orgánico, como moverse, generar energía o transmitir señales químicas. Todas ellas necesarias para mantener en funcionamiento los órganos y tejidos en el cuerpo.
Descubriendo tentáculos en las células

Los investigadores dieron con este hallazgo mientras realizaban un modelo 3D para estudiar la propagación de las células cancerosas.
El equipo usó pinzas ópticas y un microscopio confocal para observar físicamente a las células responsables del cáncer de mama. Allí se dieron cuenta que, al tocarlas, estas células se torcían sobre su propio eje formando “tentáculos”.
Después de probar la misma reacción en otras células, los investigadores confirmaron que esto no era un fenómeno único producido por el cáncer, sino una respuesta natural en las células. Concretamente, impulsada por dos proteínas dentro de los filopodios: la actina y la miosina.
“Cada filopodio está compuesto por proteínas denominadas actina y miosina. Se creía que estas daban estabilidad al filopodio, pero nuestros datos sugieren que también funcionan como una banda elástica”.
Natascha Leijnse, biofísica del Instituto Niels Bohr
Al parecer, la miosina reacciona a los impulsos externos, enrollándose alrededor de la actina y tirando de ella. Cuando se tuercen, ese del filopodio se contrae por unos segundos dentro de la célula, formando un tentáculo. Al hacer esto repetidamente, las células logran generar un impulso lo suficientemente potente como para moverse en el entorno, e incluso penetrar otras células.
Tentáculos celulares podrían curar el cáncer de forma natural

Los investigadores creen que el descubrimiento de estas estructuras podría ayudar a combatir las células cancerosas de forma natural.
Las células cancerosas se caracterizan por ser altamente invasivas, y atacar a otras células. Si esto depende de la eficacia de sus filopodios, entonces solo habría que desarrollar un inhibidor que acabara con los tentáculos para frenar su propagación.
Sin embargo, esto requerirá un poco de tiempo, ya que los científicos todavía no han estudiado cómo funcionan estos tentáculos dentro de nuestro cuerpo.
Referencias:
Your Cells Have Weird ‘Tentacles’ That Help Them Move Around. Here’s How They Work https://www.sciencealert.com/cells-have-tentacles-that-help-them-move-around-and-we-just-discovered-how-they-move
Filopodia rotate and coil by actively generating twist in their actin shaft https://doi.org/10.1038/s41467-022-28961-x
Octopus-Like Tentacles Help Cancer Cells Invade the Body – New Insight on a Fundamental Mechanism in All Living Cells https://scitechdaily.com/octopus-like-tentacles-help-cancer-cells-invade-the-body-new-insight-on-a-fundamental-mechanism-in-all-living-cells/