Los manómetros son dispositivos que nos permiten medir la presión en un punto determinado. Tienen infinidad de aplicaciones, y son claves por ejemplo en la industria para detectar anomalías o problemas de funcionamiento en equipos y maquinarias.
Así, los manómetros de presión industriales se aplican en circuitos cerrados para líquidos: agua, aceite, combustible, etc., y pueden hacer mediciones exactas tanto de la presión absoluta como de la relativa y la diferencial.
Hay una gran variedad de tipologías de manómetros
Actualmente en el mercado podemos encontrar una gran variedad de manómetros, que responden a las diferentes necesidades de uso existentes.
También, estos instrumentos pueden abarcar un amplísimo rango de mediciones. Por ejemplo, los modelos más avanzados que hay actualmente son capaces de captar una horquilla que iría de los 0,5 mbar a los 6.000 bar, y con exactitudes muy destacables, ya que las desviaciones nunca sobrepasarían el 0,1%.
Además, hay modalidades especiales de manómetros, que están preparadas para operar con materiales como acero inoxidable, aleaciones de cobre u otros más específicos.
Asimismo, hay diversos tipos a elegir de acuerdo a la naturaleza del fluido que se trate, el grado de presión que se desee medir, y las propias características físicas que se precise que tenga el dispositivo, desde en lo que concierne al tamaño de las esferas hasta el de las roscas de conexión.
Los manómetros para uso industrial más extendidos
Así, en lo que a morfología se refiere, en el mercado nos podemos encontrar con manómetros a medida, verticales u horizontales, simples o con doble escala, con rosca vertical o posterior. Tal y como lo reflejan webs especializadas en estos instrumentos como Sumifluid.com.
También, hay un tipo, los manómetros con glicerina, que se utiliza para hacer mediciones de presión en contextos complicados, en condiciones en las que se producen choques mecánicos y vibraciones que puedan afectar al dispositivo. Para evitarlo, esta variedad de manómetro contiene en estado líquido la sustancia referida, que hace un efecto amortiguador que reduce la carga sobre los componentes mecánicos del aparato.

Unos instrumentos que han evolucionado mucho desde su aparición en el siglo XIX
Hay que valorar que los manómetros han evolucionado mucho desde sus orígenes a mediados del siglo XIX, cuando surgió su primera versión, el tubo de Bourdon, que fue creado para dar respuesta a la necesidad de medir con precisión la presión de los fluidos bajo unas determinadas circunstancias.
Actualmente, aunque la funcionalidad básica sigue siendo lo misma, el espectro de líquidos e incluso gases medibles ha aumentado mucho, al igual que la precisión de las mediciones y el rango de presiones que pueden llegar a abarcar estos instrumentos.
Asimismo, como veíamos, se han desarrollado tipologías específicas para satisfacer los requisitos de diferentes industrias, maquinarias y procesos de trabajo.
Por ello, a la hora de plantearse la adquisición de manómetros para uso industrial siempre resulta recomendable obtener asesoramiento profesional, una orientación especializada de la mano de expertos que garantice la obtención de una solución a medida de las necesidades concretas que pueda tener la empresa.