Siempre hemos escuchado decir cosas negativas sobre los psicodélicos, los cuales siempre han sido estigmatizados como drogas ilegales o peligrosas. Pero una oleada reciente de investigaciones académicas, incluyendo una sobre IA, para mejorar los tratamientos psiquiátricos está provocando un cambio en la opinión pública sobre dichas sustancias.
Recordemos que los psicodélicos son drogas psicotrópicas, en otras palabras: sustancias que afectan el estado mental. De hecho, otros tipos de psicotrópicos incluyen a los antidepresivos y ansiolíticos. Sin embargo, los psicodélicos y otros tipos de alucinógenos son únicos en su clase. Pues son capaces de inducir temporalmente intensas alucinaciones, emociones y alteraciones de la autoconsciencia.
Los investigadores que se encargan de ahondar en el potencial terapéutico de estas sustancias han descubierto que los psicodélicos pueden reducir drásticamente los síntomas de depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, abuso de sustancias y otras afecciones psiquiátricas. Se cree que esto ocurre porque las experiencias intensas o viajes que inducen los psicodélicos crean una ventana temporal de flexibilidad cognitiva que permite a los pacientes acceder a partes esquivas de su psique. Y, gracias a eso, forjar mejores habilidades de afrontamiento y patrones de pensamiento.
Aún no está claro cómo estas sustancias psicodélicas son capaces de crear estos efectos. Pero con el fin de hallar una respuesta, el equipo de TNW decidió profundizar en este tema. Gracias a ello, descubrieron que podían hacerlo mediante la inteligencia artificial, y con ayuda de esta, mapear las experiencias subjetivas de las personas mientras usaban psicodélicos en regiones específicas del cerebro, hasta el nivel molecular.
¿Cómo llevaron a cabo este experimento con IA?

Para lograr comprender mejor cómo se manifiestan estos efectos subjetivos en el cerebro, el equipo de TNW analizó más de 6000 testimonios escritos de experiencias alucinógenas del Centro Erowid (una organización que recopila y brinda información sobre sustancias psicoactivas). El equipo transformó estos testimonios, y gracias a la IA, en algo que se llama modelo de bolsa de palabras, algo que desglosa un texto determinado en palabras individuales y cuenta cuántas veces aparece cada palabra.
Luego emparejaron las palabras más utilizadas relacionadas con cada psicodélico con receptores en el cerebro que se sabe que se unen a cada droga. Después de usar un algoritmo para extraer las experiencias subjetivas más comunes asociadas con estos pares de palabras y receptores. El equipo de TNW mapeó estas experiencias en diferentes regiones del cerebro comparándolas con los tipos de receptores presentes en cada área.
¿Cuáles fueron estos hallazgos para ayudar en los tratamientos psiquiátricos?
Entonces, ¿qué fue lo que descubrió el equipo? Pues encontraron nuevos enlaces y patrones que confirman lo que se sabe en la literatura de investigación. Un ejemplo: los cambios en la percepción sensorial se asociaron con un receptor de serotonina en la corteza visual del cerebro. El cual se une a una molécula que ayuda a regular el estado de ánimo y la memoria. Y las alucinaciones auditivas estaban vinculadas a una serie de receptores repartidos por toda la corteza auditiva .
Dichos hallazgos también se alinearon con la hipótesis principal de que los psicodélicos reducen temporalmente la función ejecutiva de arriba hacia abajo, así como de los procesos cognitivos involucrados en la inhibición, la atención y la memoria, entre otros. Mientras amplifican las regiones del cerebro involucradas en la experiencia sensorial.
¿Cuál es el futuro de este estudio?
Bien, este estudio demuestra que es posible mapear las experiencias psicodélicas diversas
y subjetivas en regiones específicas del cerebro. Tales conocimientos pueden conducir a nuevas formas de combinar compuestos existentes o aún por descubrir para producir los efectos de tratamientos deseados para una variedad de afecciones psiquiátricas. Sin duda alguna, un estudio que tiene futuro.