Los niños son muy sensibles, y después de tres años de incertidumbre pandémica lo que menos necesitan es enfrentar una “nueva normalidad” protagonizada por la guerra entre Rusia y Ucrania. Ese seguramente ese es el pensamiento de muchos padres en estos momentos, pero para los psicólogos la comunicación de estos sucesos desgarradores es clave para su desarrollo mental.
Aunque, por supuesto, este tipo de noticias no se pueden dar con una sonrisa y una taza de café. Debemos tener cuidado con la manera en la que le hablamos a los niños. Por eso, la psicóloga alemana Stella Marie Hombach publicó recientemente en la revista Spektrum der Wissenschaft la mejor forma de comunicarle a los niños sucesos tan terribles como la guerra en Ucrania.
Rusia ha atacado a Ucrania y la Tercera Guerra Mundial se acerca… ¿Cómo decírselo a un niño?

Hombach cree que la mejor forma de hacer que los niños entiendan fenómenos como estos es explicarlos de manera lúdica. Principalmente porque los juegos estimulan el lóbulo temporal del cerebro, lo que ayuda a que el niño organice mucho mejor la información y entienda verdaderamente los alcances del conflicto en Ucrania.
Además, esta clase de charlas lúdicas ayudan también a segregar dopamina, lo que le asegura a los padres que su hijo no terminará aterrado después de escuchar las palabras “guerra” y “tropas”.
Dependiendo de la edad del niño pueden utilizarse distintos juguetes para favorecer la comprensión de lo ocurrido. Por ejemplo, los niños pequeños aún no tienen conceptos tan claros como los adultos, por lo que se pueden emplear bloques de construcción para explicar las consecuencias de la guerra.
Por el contrario, los niños entre 8 y 12 años tienden a hacer preguntas, porque quieren entender qué es bueno y qué es malo para la sociedad. En estos casos, hacer un falso noticiero, mucho más moderado y alegre, puede ser la respuesta.
Por qué no se debe esperar a que el niño pregunte
Los niños habitualmente relacionan las cosas malas con errores que ellos o sus familiares han cometido, lo que puede acabar por causarles trastornos mentales severos como la depresión. Todo por culpa de no comunicarles que no deben culparse a sí mismos por las desgracias del mundo.
Es por eso que Hombach recomienda sentarse a hablar con los niños sobre este tipo de conflictos, especialmente si la situación de Ucrania afecta a la familia directamente. Por ejemplo, que haya algún familiar en la zona, o que la zona de ataque sea fronteriza con su país.
“Hay muchas emociones en mí, y mi hijo, o en mi caso, mi nieto, las capta todas. Como adulto, tengo que responsabilizarme de esta inquietud que se ha desencadenado en mí y sacarla a relucir”.
Stella Marie Hombach
Consideraciones importantes a tener en cuenta

La autenticidad es vital cuando se habla con niños, ya que ellos son capaces de reconocer cuando mentimos. Pero eso no implica que debamos ser específicos y contarles cómo murieron los 352 civiles ucranianos durante la invasión. Si a nosotros nos asusta pensarlo, mucho más a un niño.
En este sentido, lo importante es dejar en claro el hecho principal, que hay una guerra, y cómo afecta a la familia. De esta manera, el niño no sentirá miedo, como mucho preocupación por el destino de las personas en Ucrania. Algo mucho menos terrible para su salud mental y que puede solucionarse fácilmente.
“Si a mi hijo le preocupa la gente de Ucrania, podemos hacer un cartel, caminar juntos hasta la embajada rusa o asistir a una vigilia. Así le enseño formas de tomar alguna acción y no sentirse impotentes”.
Stella Marie Hombach
Lidiar con niños que quieren armarse para ir a Ucrania
Para finalizar, es importante aclarar que los niños no siempre reaccionan con miedo ante sucesos como la pandemia o la guerra en Ucrania. Es posible que algunos se vean motivados por la situación y deseen resolverla con sus propias manos.
En estos casos no hay mucho que decir, pues para Hombach es un claro signo de que el niño no se siente seguro y quiere proteger a los suyos. Esto por lo general suele ocurrir con los niños que están en plena pubertad, ya que tratan de encontrar sus propios valores y ser reconocidos por ello.
Pero definitivamente ir a la guerra no es una opción. Para frenar esta conducta es necesario, por una parte, darle al niño un lugar seguro que lo ayude a relajar su ímpetu, como un refugio o un objeto con el que esté apegado; y por otro, hacerle abandonar la idea.
Ser vistos, comprendidos y tomados en cuenta en esta clase de situaciones es fundamental para los niños. Por eso es mejor que los padres descarten la idea de ocultarle a su hijo en qué clase de mundo vive, y en su lugar empiecen a apoyarlo en la búsqueda de respuestas.
Referencias:
What to Tell Kids about Ukraine: Recommendations from a Psychologist https://www.scientificamerican.com/article/what-to-tell-kids-about-ukraine-recommendations-from-a-psychologist/
Talking to kids when they need help https://www.apa.org/topics/parenting/helping-kids