La situación de crisis sanitaria mundial que inició el SARS-CoV-2 a finales del 2019 aún parece estar lejos de tener un fin. Pero, con el tiempo, se han desarrollado mejores mecanismos para hacerle frente. Ahora, durante nuestro segundo año de pandemia, las autoridades de salud nos advierten que la “sobredosis de antibióticos” pronto podría ser un problema incluso más grave que el COVID-19.
Toda esta situación no se ha gestado solo en el último par de años. Pero, sin duda, la crisis pandémica la exacerbó. Como resultado, la ciencia considera que más pronto que tarde comenzaremos a ver las peligrosas consecuencias del uso excesivo que estuvimos dando a los antibióticos durante los últimos años.
¿Qué son exactamente los antibióticos?
De forma muy resumida, podemos entender a los antibióticos como un tipo de sustancia antimicrobiana altamente efectiva para matar o inhibir a las bacterias. Dichos compuestos se encuentran en la naturaleza y provienen de las propias bacterias, que los producen como una forma de atacar a su competencia y asegurarse el acceso a más recursos para su supervivencia.

En la actualidad, los científicos han logrado crear versiones de laboratorio mucho más poderosas. Con ellas, solemos tratar infecciones bacterianas tanto en humanos como en otros animales.
¿Peor el remedio que la enfermedad? El riesgo detrás de abusar de los antibióticos
Desde un vistazo inicial, los antibióticos se muestran como algo beneficioso para nuestro organismo. Y, en efecto, son uno de los avances más importantes de la medicina a la hora de hacer frente a variadas enfermedades infecciosas como las afecciones cutáneas y respiratorias, entre otras.
Sin embargo, esta moneda tiene dos caras. En particular, la actual pandemia causó un aumento notorio en la sobredosis de antibióticos como parte de las recetas médicas utilizadas para combatir el virus. Debido a eso, los posibles efectos negativos de dichos antimicrobianos pronto podrán hacer presencia entre nosotros.

Hasta ahora, algunos de los efectos que la ciencia ha podido identificar van desde la alteración del funcionamiento del sistema inmunológico hasta la modificación de la esperanza de vida de quienes los utilizan. Ese primer hallazgo fue probado únicamente en roedores, y estuvo a cargo de James Collins, miembro del instituto de Broad, profesor del MIT y miembro principal de la facultad en el Instituto Wyss.
Por otro lado, en el último el estudio liderado por David Lynn demostró que los cambios en la microbiota intestinal después del uso de los antibióticos pueden determinar la calidad y longitud de la vida posterior de los roedores. Eso también como una consecuencia de la alteración del funcionamiento del sistema inmunológico.
Asimismo, otros estudios también ha mostrado cómo el uso temprano de antibióticos podría incluso afectar el desarrollo cerebral. Además, como si fuera poco, también se ha observado que el uso de antibióticos ha comenzado a afectar la salud de otras especies.

Como dijimos, los antibióticos son excelentes para eliminar bacterias. Pero, a la hora de actuar, no hacen distinciones entre las bacterias infecciosas y aquellas “buenas” que ayudan a que nuestro organismo funcione. De esa forma, la mayor fortaleza de los antibióticos también se convierte en su peor defecto.
Si los antibióticos son tan riesgosos, ¿por qué los usamos?
Todo se debe a la forma en la que los administramos. Por ejemplo, durante años las preocupaciones sobre la “sobredosis de antibióticos” han estado presentes, pero solo la pandemia actual las ha hecho tan notorias.
En efecto, los antibióticos son excelentes para controlar el avance de infecciones que el organismo no puede combatir por su cuenta. Pero, si se nos va la mano con ellos, el resultado termina siendo el opuesto. En otras palabras, se genera lo que se conoce como “resistencia bacteriana”. Ella básicamente implica que las bacterias se hacen más habilidosas a la hora de evitar o soportar los ataques de los antibióticos.

Debido a eso, enfermedades como la neumonía, las infecciones de oído, las infecciones de senos nasales, la meningitis (causadas por neumococos) terminan haciéndose más peligrosas y difíciles de tratar. De allí que un detalle vital con los antibióticos haya sido utilizarlos solo cuando es estrictamente necesario y limitar su consumo al menor lapso de tiempo posible.
¿La próxima pandemia podría ser causada por una sobredosis de antibióticos?
Un detalle que vale la pena mencionar es que la resistencia a los antibióticos no es necesariamente un elemento nuevo en la historia humana. De hecho, investigaciones previas han demostrado que ella ha estado entre nosotros desde épocas antiguas.
Sin embargo, a medida que la ciencia avanza y los antibióticos actuales se vuelven más poderosos, las bacterias también hacen lo propio para poder sobrevivir. En consecuencia, nos encontramos con organismos que consiguen eludir con cada vez más facilidad la acción de los antibióticos comunes. En particular, las investigaciones han revelado que esta tendencia es preocupantemente común entre las bacterias causantes de infecciones mortales.

De acuerdo a lo recopilado por National Geographic, los CDC (Centros de Control y Prevención de las Enfermedades) han advertido una y otra vez de dicho riesgo. Incluso, han llegado a clasificarlo como “uno de los problemas de salud pública más apremiantes”.
Después de todo, al inicio de la pandemia, cuando no se tenía una idea muy clara de cómo atender a los pacientes con COVID-19, la sobredosis de antibióticos era muy común. Eso sobre todo porque los problemas respiratorios causados por el SARS-CoV-2 se asemejaban a aquellos originados por la neumonía bacteriana.
Actualmente, se sabe que solo un 20% de los casos de COVID-19 llegan a desarrollar una infección bacteriana paralela a la viral. Y, como bien sabemos, los antibióticos no son efectivos contra los virus, por lo que su uso solo debería restringirse a casos muy particulares.

Lastimosamente, la sobredosis de antibióticos como parte del tratamiento contra el COVID-19 sigue siendo común en la pandemia. Sobre todo en pacientes hospitalizados que tienen cuadros severos de la enfermedad.
“La mejor defensa es una buena ofensiva”
En lugar de esperar pasivamente a que la situación con la sobredosis de antibióticos se convierta en la próxima pandemia, la ciencia ya se ha puesto manos a la obra. Gracias a eso, en la actualidad ya se han presentado variados avances destinados al seguimiento y –con suerte- control de la temida resistencia a los antibióticos.
Por ejemplo, ya variadas investigaciones han buscado otras alternativas con las que fortalecer el sistema inmune en lugar de utilizar antibióticos. Asimismo, se han desarrollado también herramientas para “rastrear” la resistencia a los antibióticos entre las bacterias y atacarla cuando aún hay tiempo.

Cada uno de esos avances nos llena con un poco de esperanza sobre la posibilidad de evitar una pandemia de sobredosis de antibióticos. Pero, tal como indicó Muhammad Zaman, profesor de ingeniería biomédica de la Universidad de Boston (Estados Unidos), para National Geographic “la idea de que se trata de un problema puramente científico es incompleta (…) Tenemos que tener en cuente la economía, la disponibilidad y el comportamiento humano».