Desde que se dio a conocer el caso de una sobreviviente del ébola que infectó a su familia tras haber “superado” la enfermedad en 2014 y 2016, los científicos han comenzado a sospechar que este virus puede permanecer en el cuerpo y generar una epidemia, aun cuando no haya síntomas activos.
Una sospecha que parece confirmar la nueva investigación sobre el ébola, realizada por el Instituto de Enfermedades Infecciosas del Ejército de los Estados Unidos; en donde se encontró que el virus podría persistir por meses en el cerebro y resurgir semanas después de que finalizara el tratamiento.
Descubriendo el escondite del ébola

Los investigadores del estudio probaron esta teoría inyectaron el virus del ébola en monos Rhersus, una especie de primate genéticamente parecida a los humanos.
Como resultado encontraron que los monos que sobrevivieron a la infección parecían haber eliminado el virus en casi todos los órganos, excepto en el cerebro; específicamente en el sistema ventricular en donde se produce el líquido cefalorraquídeo que protege el sistema nervioso.
Descubrimos que los macrófagos, las grandes células inmunitarias que reconocen, atacan y, a veces, comen gérmenes, estaban viviendo junto al virus del ébola (EVE); y su presencia estaba causando daños en el cerebro e inflamación en los tejidos”.
Xiankun Zeng, investigador en el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de los Estados Unidos
Un huésped inesperado en un lugar inesperado del cerebro
Según Xiankun Zeng, no es raro que el virus se “escondiera” para frenar el ataque de los anticuerpos, ya que esta es una conducta habitual de defensa que utilizan los microorganismos. Lo que resultó extraño es que el ébola eligiera permanecer en un lugar donde el sistema inmunitario está tan alerta, como es el cerebro. Espacio en donde nadie había pensado en buscar antes de este estudio.
Sin embargo, lo más importante para estos investigadores no fue el lugar en donde se encontró al virus, sino el hecho de que el ébola puede permanecer en el cuerpo aún después de la desaparición de sus síntomas, y del tratamiento con vacunas y anticuerpos.
Una condición de persistencia que, al igual que con el virus del SARS-Cov2, ocasiona que el virus se reactive al cabo de unos meses. Algo que los científicos pudieron observar en los monos Rhesus, quienes después de la recuperación inicial, sufrieron síntomas neurológicos agudos y fallecieron.
El riesgo del ébola permanece activo en los supervivientes
Si bien este estudio no involucró a seres humanos, se han reportado casos parecidos de sobrevivientes en África que han enfermado gravemente a causa de una recaída.
En este sentido, los científicos temen que, incluso con dos vacunas contra el ébola disponibles, la enfermedad pueda volver a propagarse por la región. Por ello, sugieren hacer un seguimiento constante a los sobrevivientes para asegurarse de que los síntomas no se reactiven.
Esto al menos hasta que se desarrolle un tratamiento con anticuerpos mucho más preciso para atacar al ébola que permanece en órganos inmunoprivilegiados como el cerebro, que actualmente no pueden ser tratados con medicamentos antivirales.
Referencias:
Ebola Can Linger in the Brains of Survivors Even After Antibody Treatment, Study Suggests https://gizmodo.com/ebola-can-linger-in-the-brains-of-survivors-even-after-1848509579