Hace poco se dio a conocer que un estudiante de doctorado y un experto en inteligencia artificial están planeando vender unas interfaces de cerebro-computadora que han improvisado. Llamaron a su empresa Hacker BCI y la definen como una compañía de hackers informáticos para hackers informáticos. 

Hacker BCI y sus interfaces de cerebro-computadora

Los de Hacker BCI consideran que llamarse a sí mismos hackers no es nada negativo, pues ellos ven a estos grupos de personas como seres creativos. Y al serlo, son capaces de hallar soluciones y caminos que la mayoría no son capaces de ver. 

¿Qué es lo que pretenden lograr con esto? 

Interfaces virtuales
Vía Pixabay

Ahora bien, sabemos que ya ha habido varios antecedentes de cerebro-computadoras en el mundo. Recordemos lo que hizo Elon Musk con Neuralink, donde logró mostrar un video de un mono jugando Pong con su cerebro.. 

Sin embargo, esto nos hace preguntarnos: ¿por qué no es común ver estos artefactos? La respuesta es simple: digamos que no son muy accesibles y baratos como se piensa. Y es precisamente en este punto que Hacker BCI pretende diferenciarse. 

De hecho, dicen estar trabajando para hacer que las interfaces cerebro-computadora de nivel de entrada sean asequibles y fáciles de construir. Incluso diseñaron un complemento de código abierto para la familia Raspberry Pi. 

No es muy costoso tener un dispositivo

La idea de Hacker BCI de ofrecer unas interfaces asequibles es real. De acuerdo con el documento de la compañía, construir tu cerebro-computadora podría costar unos $350 por 24 electrodos. Dándonos esta idea: con unos $500 o $600 tendrías tu cerebro-computadora de DIY completo. 

Lo malo de estas interfaces

Sin embargo, la solución que ofrecen estos artefactos no es tan original como se piensa, pues ya han existido proyectos similares y hay otras propuestas que pueden suplantar con facilidad esta tecnología. 

Un ejemplo de ello lo encontramos en el siguiente caso: Un cerebro-computadora de DIY te permite controlar computadoras con movimiento. Te pones una gorra y la computadora empieza a registrar cuándo parpadeas o aprietas la mandíbula. Pese a ello, a veces los datos no son tan exactos, pues el cabello y el cráneo hace que no se obtengan datos en alta resolución. 

En cambio, los algoritmos inteligentes pueden traducir todas las señales anteriormente mencionadas en entradas directas. Es decir: ejecutar una función cada vez que parpadeas. Por este motivo, los cerebro-computadora no son funcionales para el público en general. 

Pero de seguro sí será de utilidad para aquellos que solo quieren jugar o utilizarlo como un instrumento de enseñanza. 

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