La científica Charlene Chu, afiliada al centro de investigación KITE del Instituto de Rehabilitación de Toronto y profesora asistente en la Facultad de Enfermería Lawrence S. Bloomberg, explora en su nuevo artículo cómo la discriminación por edad puede verse reflejada en la IA y afectar a los adultos mayores.
¿Qué es la discriminación por edad digital?
Según la doctora Chu, la pandemia nos ha probado lo dependientes que todos somos de la tecnología, lo que también ha incrementado el uso de esta por parte de los adultos mayores. Cosa que ha hecho a muchos científicos explorar la discriminación de edad digial y los daños que estos sesgos de la IA podrían causar.
Ahora bien, ¿qué es eso de la discriminación digital? Básicamente es cuando la IA asume un montón de prejuicios hacia cierto grupo de personas con determinada edad y no la incluye en sus análisis de base de datos. Y, por consiguiente, solo se centra en un aspecto estereotipado de la persona.
En el caso de los adultos mayores, ese rasgo estereotípico es el de la salud. Por consiguiente, la tecnología para adultos mayores es pensada bajo la lente biomédica y solo se crean aplicaciones para enfermedades crónicas o atención médica. Y, por supuesto, aspectos como el ocio o entretenimiento son excluidos.
Así, cada vez que se va a diseñar una nueva app, no se toman en cuenta las limitaciones motoras de las personas mayores. Haciendo que el panorama quede bastante claro: la tecnología está pensada solo para la gente joven y no los ancianos.
¿Cómo la IA muestra estos problemas con discriminación digital?
Este problema se hace evidente porque la IA excluye los datos de las personas mayores al momento de crear nuevas tecnologías. Hecho que debe modificarse pronto, pues a medida que la demografía cambia, más personas mayores se verán en la necesidad de recurrir a la tecnología y a una que no está precisamente diseñada para ellos.
Es por eso que la doctora Chu, junto a un grupo de científicos en la Universidad de Toronto y la Universidad de Cambridge, quiere ilustrar de forma exhaustiva cómo está integrada la idea de envejecimiento en el desarrollo de la tecnología. Para luego, de ese modo, lograr mitigar los impactos negativos.
¿Cómo puede detenerse la discriminación de la IA hacia los adultos mayores?

El primer paso que la doctora Chu cataloga como fundamental es uno de los más simples, pero más complejos por cumplir, y es el siguiente: tomar conciencia de que este problema en la discriminación por edad existe. Solo así se podría avanzar.
Luego de ello, sugiere algo igual de relevante: incluir a los ancianos en el diseño de las tecnologías desde el principio y no al final. De este modo, podrían añadirse datos más representativos de los adultos mayores.
Y para corroborar con más ahínco su investigación, la científica le pidió a su equipo que revisara el Inventario global de pautas de ética de la IA, el cual es un repositorio que compila una serie de documentos sobre cómo los sistemas de la IA pueden llevar a cabo una toma de decisiones ética y automática.
Chu señala que, luego de revisar todos los 150 documentos (creados por gobiernos y grupos internacionales), se encontró que hay muy poca mención a la discriminación por edad en comparación con otros temas como el racismo o sexo.
Ante esto, la doctora Chu considera fundamental hacer un llamado de atención sobre este tema e investigar más a fondo los daños que esta discriminación por edad podría estar generando.