Ana María Wahrenberg y Betty Grebenschikoff, dos amigas judías oriundas de Berlín cuyas vidas fueron destrozadas por el Holocausto cuando tenían solo nueve años, lograron reunirse recientemente con la ayuda de la Fundación Shoah casi 83 años después de haberse separado.
Estas mejores amigas se despidieron en un patio de juegos de Berlín después de la Kristallnacht (noche de los cristales rotos), un linchamiento multitudinario contra judíos ocurrido el 9 de noviembre de 1938. Huyendo de las hostilidades las familias de Ana María y Betty terminaron en diferentes lados del mundo y durante muchos años ambas amigas pensaron que la otra no había logrado sobrevivir al Holocausto.
Caminos separados
En la primavera de 1939, Betty zarpó a Shanghai junto con su hermana y sus padres. En 1948, con el rápido avance de las fuerzas comunistas, ella y su esposo fueron a Australia y finalmente terminaron en los Estados Unidos. Por su parte, la familia de Ana María huyó a Santiago de Chile, donde aún reside.

Estas amigas supervivientes del Holocausto se habían buscado una a la otra durante años, registrando bases de datos y buscando información de cualquiera que pudiera saber algo. Esta fue una búsqueda infructuosa, principalmente porque ambas mujeres cambiaron sus nombres más tarde en la vida.
No fue hasta que Ita Gordon, una catalogadora e indexadora de la Fundación Shoah, una organización sin fines de lucro fundada por Steven Spielberg que produce y conserva testimonios audiovisuales de sobrevivientes del Holocausto, notó similitudes en sus testimonios y finalmente puso en contacto a las mujeres.
En una reunión facilitada por la Fundación Shoah, así como por el Museo del Holocausto de Florida y el Museo Interactivo Judío de Chile, las dos mujeres –y sus familias– se volvieron a conectar en noviembre pasado por medio de una videollamada. Hablando en su alemán nativo, se comprometieron a conocerse en persona y, un año después, finalmente lo hicieron.
Emotivo encuentro
El plan original era reunirse en Florida, donde vive Betty, para el Rosh Hashaná (año nuevo judío), en septiembre, pero debido a los efectos de la pandemia Ana María pospuso su reunión en persona. Sin embargo, para noviembre, se sintió más cómoda viajando y reservó, junto con su hijo y nuera, un boleto de viaje para reencontrarse con su extrañada amiga.

Sobre el reencuentro con su amiga de la infancia, Ana María manifestó: “este ha sido un gran regalo, por el que, en este momento de mi vida, estoy infinitamente agradecida»
«Betty y yo hemos tenido varios encuentros por WhatsApp y Zoom. Ahora hablamos todos los domingos durante aproximadamente una hora y ¡nunca nos pondremos al día! Nuestras conversaciones son geniales; todavía tenemos intereses en común y, por supuesto, muchos, muchos recuerdos que todavía compartimos. Tan pronto como salgamos de esta horrible pandemia, intentaremos reunirnos en algún rincón del mundo».
Las dos amigas sobrevivientes del Holocausto, que ahora dependen de los bastones para caminar, resistieron la guerra, los conflictos y las pérdidas. En el fondo, sin embargo, siguen siendo las mismas niñas de 9 años que se adoran de verdad.
Referencia: Childhood best friends reunited 82 years after Nazi terror split them apart. The Guardian, 2021. https://bit.ly/3nQX4Yy