Hace más de 3 mil años, una antigua roca espacial hizo explosión en el cielo del Medio Oriente. Cuando el asteroide colisionó con la atmósfera se fragmentó y generó una energía destructiva que hasta hace parecer pequeño el poder que tuvo la bomba de Hiroshima.
Para poder ahondar un poco más en tan particular evento cósmico, se han realizado variadas investigaciones referidas en un reciente artículo de The Conversation. Gracias a él, ahora podemos conocer los puntos más importantes del estudio y lo que implican para lo que conocemos sobre la historia de la zona.
Tall el-Hammam, la ciudad que fue destruida por la explosión de la antigua roca espacial
Aunque ya la hipótesis existía, aún no se habían comprobado del todo los eventos que rodearon a la antigua ciudad el día en que la roca espacial hizo explosión. Ahora, con una investigación que tomó aproximadamente 15 años de “minuciosas excavaciones”, podemos tener una idea mucho más completa de lo que ocurrió en la ciudad.
Específicamente, ese asentamiento poblacional se ubica en Tall el-Hammam. Para el momento del desastre, que ocurrió hace al menos 3.600 años, el territorio no llevaba ese nombre. Pero, actualmente se puede utilizar para demarcar con más claridad el punto que recibió de frente el embate de trozos de una roca espacial que se acercó a la Tierra a más de 61 mil kph.
Los efectos de la explosión superaron incluso a los causados por la bomba atómica de Hiroshima
Específicamente, se ha calculado que la explosión de la antigua roca espacial llegó a ser mil veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima. Debido a tal fuerza, una vez la piedra se fragmentó en el cielo, los habitantes de la ciudad de Tall el-Hammam que vieron el evento terminaron inmediatamente ciegos.

Sumado a eso, la temperatura del aire comenzó a subir rápida y descontroladamente. Al final, la zona alcanzó valores mayores a los 2 mil grados Celsius. Debido a eso, elementos como la ropa y la madera no demoraron en estallar en llamas, lo que causó que la ciudad ardiera casi de inmediato.
Finalmente, una onda de choque de 1.200 kph –más poderosa que cualquier huracán jamás conocido– hizo contacto con la ciudad. Los fuertes vientos azotaron la zona con fuerza y demolieron hasta los edificios.
Mientras tanto, el destino de las personas y animales que habitaban la zona tampoco fue mejor. Ninguna de las más de 8 mil personas que habitaban la zona sobrevivió. De hecho, ellas –junto con los animales– quedaron completamente destrozadas, ya que hasta sus huesos explotaron en pequeños fragmentos.
El efecto de la ruptura de la roca espacial no se redujo solo a Tall el-Hammam

De hecho, según se ha registrado, la fuerza de los vientos causados por la explosión de la antigua piedra espacial recorrió más de 22 km de distancia desde su punto de origen. En particular, su rumbo hacia el oeste de la recién desaparecida Tall el-Hammam terminó mal para otra ciudad también.
La siguiente víctima del embate de la onda expansiva de la explosión fue la ciudad bíblica de Jericó. En su caso, los vientos fueron tan fuertes que lograron derrumbar el muro que la protegía. Luego de eso, las altas temperaturas causaron que la ciudad se quemara hasta llegar a sus cimientos.