Cuando hablamos de comunicación, lo primero que nos viene a la mente son las palabras, pero una buena conversación contiene mucho más que eso: contacto visual, sonrisas, cambios en la mirada y silencios que no siempre son incómodos.
Conscientes de ello, los neurocientíficos del Dartmouth College decidieron explorar más a fondo el proceso para evaluar el efecto de estos elementos sobre la sincronización de la actividad neuronal entre las personas hablan.
En su artículo en Proceedings of the Natural Academy of Sciences USA revelan algo que, de seguro, pocos se imaginaban. Contrario a los modales que nos enseñaron, mirar fijamente al otro mientras habla no necesariamente implica que haya sintonía. Pero no por ello deberíamos dejar de hacerlo; al contrario, el contacto visual parece tener el potencial de darle un giro a las conversaciones.
Mirar al otro mientras habla

Cuando nos enseñan las normas del buen hablante y el buen oyente, una de las primeras lecciones es mirar a quien habla. La tarea no resulta demasiado difícil para niños dentro de un aula, aunque a veces la distracción nos hace mirar más bien a la nada. Lo curioso es que en la edad adulta parte de estos valores se pierden, y cuánto más en esta época de digitalización.
Pero, ¿es realmente necesario mantener el contacto visual en todo momento durante una conversación? Pasa un poco en Zoom, por ejemplo, aunque en realidad miramos a la pantalla o a nuestra versión miniatura a través de ella. Pero no es así cuando hablamos por teléfono, por ejemplo, ni cuando vamos de copiloto en un largo viaje por carretera. ¿Es tan indispensable para comunicarnos de forma efectiva o es solo cuestión de modales?
La sincronía de la dilatación de las pupilas como medida de la atención compartida

El nuevo trabajo se basa en uno previo que demostró que la sincronía de las pupilas sirve como una medida de la atención compartida. Probablemente pocos lo saben, pero nuestras pupilas se agradan y se reducen en respuesta a los cambios de luz; pero también cuando estamos fisiológicamente excitados.
En el estudio previo, los investigadores observaron que la dilatación de los oyentes se sincronizaba con la de los hablantes en los picos emocionales de las historias que contaban durante una conversación. En esta oportunidad, querían determinar el papel del contacto visual sobre la atención compartida en tiempo real.
El contacto visual denota cierto compromiso con la conversación
El experimento consistió en pedir a los participantes que conversaran sobre cualquier cosa con otros que eran prácticamente desconocidos durante 10 minutos. Mientras tanto, los investigadores siguieron el movimiento de sus ojos para registrar cualquier cambio. Luego, los participantes vieron videos de sus conservaciones y calificaron su nivel de participación.
Contrario a lo que esperaban, encontraron un pico de sincronía pupilar al inicio del habla seguido de una disminución. Y aunque suena desalentador para quienes valoran el contacto visual dentro de las conversaciones, en realidad no fue tan malo. Los participantes informaron un mayor compromiso con el cruce de las miradas.
Al parecer, el contacto visual es necesario, pero no precisamente para lo que pensábamos. A final de cuentas, aunque es importante, hay una realidad que pocos podrán negar: sostener la mirada con una persona por mucho tiempo, o simplemente no hacerlo, puede resultar incómodo.
Ahora bien, los autores creen que este tipo de hallazgos pueden ayudar a comprender mejor los trastornos de la interacción social. Para ello, será necesario llevar a cabo nuevas investigaciones.
Pero, siendo un poco más prácticos, ya tenemos una explicación para el hecho de que los viajes largos en automóvil detonen conversaciones muy profundas, incluso cuando no haya contacto visual sostenido. Puede que las miradas sirvan para denotar compromiso, pero no es necesario fijarlas sobre el otro, no si queremos que las ideas fluyan.
Referencias:
Eye contact marks the rise and fall of shared attention in conversation. https://www.pnas.org/content/118/37/e2106645118.short
Pupil dilation patterns spontaneously synchronize across individuals during shared attention. https://psycnet.apa.org/record/2017-14922-008