La vista es uno de los sentidos que los humanos más han desarrollado y utilizado a lo largo de su evolución. Con ella obtenemos gran parte de la información ambiental que necesitamos en nuestro día a día. Pero, nuestros ojos no siempre están funcionando del mismo modo y se cree que cuando hacemos movimientos visuales muy rápidos, ellos incluso pierden por un momento su capacidad de captar información.
Para intentar comprobar si tal idea es cierta, los investigadores Richard Schweitzer y Martin Rolfs se pusieron manos a la obra. En conjunto, el par de científicos de la Universidad Humboldt de Berlín en Alemania lograron determinar que nuestra vista tiene capacidades mucho más detalladas de las que esperaríamos.
¿Los movimientos rápidos de la vista pueden “inhabilitar” nuestros ojos?
Para poder realizar su investigación, los autores contaron con el apoyo de 20 voluntarios. A cada uno se le pidió que siguieran y reportaran el movimiento de una imagen a través de una pantalla.
¿El detalle? Ella tenía rápidos movimientos que causaban cambios de posición notables por cada cambio espasmódico o sacádico de los ojos. Ese último es básicamente el nombre que se le da a los cambios de posición bruscos que hace la vista para enfocarse, y cada uno dura al menos 50 milisegundos.

Se pensaba que, durante parte de ellos, nuestra vista dejaba de recolectar información. Ahora, con una máquina capaz de producir más de 70 imágenes con dada espasmo, se ha comprobado que nuestra visión nunca deja de trabajar, ni siquiera por unos milisegundos.
Nuestros ojos nunca se quedan sin información
De acuerdo a lo registrado por los investigadores, los voluntarios tenían la capacidad de seguir los cambios de la imagen durante sus movimientos sacádicos. En otras palabras, incluso cuando los ojos realizaban movimientos rápidos para ajustarse a la velocidad de las imágenes, la capacidad visual de los sujetos no disminuyó.
Como consecuencia, eran capaces de ubicar con rapidez la ubicación final que tendría la imagen. Un detalle que se les habría hecho mucho más complicado si su vista no hubiera podido captar los cambios intermedios que revelaban la ruta que tomaría la ilustración.
Movimiento y visión, ¿dos caras de una moneda?

Este tipo de cambios en la forma en que nos acercamos a la percepción porque solíamos pensar en las acciones motoras y la percepción como dos cosas distintas. Lo que muestra esta información, creo, es que a medida que continuamos interactuando entre cómo nos movemos y lo que percibimos, no se trata de dos procesos separados. Son dos cosas que funcionan juntas; van de la mano”, comentó Rolfs.
En otras palabras, los autores consideran que su estudio podría darnos paso a una nueva perspectiva para estudiar la visión. Sobre todo al verla como un fenómeno que involucra en partes iguales a los movimientos de ojo y su capacidad de percepción. Un par de elementos que hasta ahora se creían independientes pero que, según parece, podrían estar profundamente interconectados.
Referencia:
Intrasaccadic motion streaks jump-start gaze correction: DOI: 10.1126/sciadv.abf2218