Hoy en día consideramos que los dientes completamente blancos son de las mayores aspiraciones estéticas a las que podríamos llegar en nuestro rostro, y probablemente se te haga difícil imaginarte que ocurra lo contrario. Sin embargo, como en TekCrispy nos gusta culturizar a nuestros lectores (y también sorprenderlos), hoy venimos a contarles de una época en la que los dientes negros se convirtieron en una moda de la Europa del siglo XVI.
Sin embargo, para contarles cómo ocurrió esto, debemos ir más atrás, al siglo IV a.C, cuando nos topamos con la llegada del azúcar a Occidente.
Azúcar: un bien muy preciado
El responsable del descubrimiento de la caña de azúcar fue Alejandro Magno, quien encontró este nuevo tipo de alimento durante sus conquistas y lo importó a Europa. Sin embargo, esta era muy poco común y fue prácticamente exclusiva para las clases más pudientes de la sociedad europea.
Antes de ellos, los indios, persas y árabes ya tenían unos veinte siglos consumiéndola, pero a pesar de eso, en Europa fue escasa hasta el siglo XVIII.
La reina Isabel I, un terrible ejemplo a seguir
Debido a que era un bien escaso, el azúcar solo estaba disponible para las clases más altas, quienes rápidamente acostumbraron a consumirla con prácticamente… todo. De hecho, cuando apareció la pasta de dientes, en el siglo XVIII, las personas la rociaban con azúcar. Un odontólogo de la actualidad se sorprendería terriblemente si descubre a alguien haciendo eso hoy en día.
Y así como la utilizaban en todo, naturalmente los dientes pagaban las consecuencias. Una de las personas más afectadas de la época era, evidentemente, quien más tenía acceso al azúcar: la reina Isabel I de Inglaterra.
Debido al excesivo consumo, los dientes de la Reina se tornaron negros, al punto que los tenía prácticamente dañados, lo cual en ese entonces no se consideró de esa manera, sino como lo contrario: los miembros de la corte comenzaron a teñir sus dientes también para asemejarse estéticamente a Su Majestad.
Así, los dientes negros se convirtieron en una tendencia de moda del siglo, pues denotaba estatus debido a que simbolizaba mayor consumo de azúcar, además del hecho de que estaba muy bien visto parecerse a la soberana.
¿Y qué pasó con el azúcar?
El clima de Europa no era nada favorable para el cultivo de la caña de azúcar, pero su demanda subía cada vez más. Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XVIII que decidieron organizar cultivos en las islas caribeñas de Antigua, Barbados y Tobago, en donde la mano de obra esclava se encargaba de cuidar la caña de azúcar.
A partir de entonces, y a raíz de la Revolución Industrial, el azúcar se convirtió en un alimento más accesible para el público, lo cual fomentó también el consumo de té y café.
Hoy en día, el azúcar es uno de los bienes más consumidos del mundo, además de una de las fuentes de calorías más baratas. ¿Sabías que tenía este origen? ¡Cuéntanos en los comentarios!