Los visitantes de ocho patas no suelen ser de lo más bienvenidos en nuestros hogares. Por ese motivo, hemos desarrollado infinidad de repelentes tratando de mantenerlos a raya. Sin embargo, hasta la fecha ninguno ha sido tan eficiente como se esperaría. Gracias a un nuevo estudio, ahora sabemos que tal vez, incorporar el olor de las hormigas asesinas, sea todo lo que necesitamos para poder alejar a las arañas.
Dicha conjetura ha llegado al mundo gracias a la investigación realizada por Andreas Fischer, Yerin Lee, T’ea Dong y Gerhard Gries. En conjunto, publicaron su investigación en la revista científica Royal Society Open Science.
Dentro de ella, revelaron un nuevo descubrimiento que relaciona el olfato de las arañas con sus estrategias de supervivencia. Un punto que, a la larga, nos ayudará a nosotros también a mantener a estos inquilinos indeseados lejos de nuestros hogares.
El experimento que develó el secreto
Para poder establecer la relación entre el comportamiento de las arañas y el olor de las hormigas asesinas, los investigadores realizaron un experimento. Dentro de él, tomaron en cuenta varios tipos de hormigas entre los que se incluyeron a las hormigas bravas europeas. Ya que son depredadores omnívoros que representan una amenaza natural para las arañas.
En el experimento, se colocó a las arañas en una cámara con paso a dos cuartos uno con diversos papeles libres de olor y otro con papeles en los que se habían frotado hormigas bravas europeas.
Sistemáticamente, las arañas prefirieron las cámaras que no tenían el olor de las hormigas asesinas. Según los investigadores, ese comportamiento podría darse porque las arácnidas reconocen los químicos que liberan al aire sus posibles depredadoras y tratan de mantenerse alejadas de ellas.
Las arañas reconocen y evitan el olor de las hormigas asesinas

Luego de realizar el experimento, no solo fue claro que las arañas reconocían el olor de las hormigas, sino que trataban activamente de evitarlo. ¿Por qué? Simple, es un asunto de supervivencia.
Particularmente, las hormigas bravas europeas son agresivas y rápidas a la hora de atacar a sus presas, por lo que representan un riesgo perenne. Como si fuera poco, ellas además suelen destruir las telarañas que se encuentre a su paso. Por lo que, una araña que viva cerca de ellas podría tener que estar constantemente tejiendo y reacomodando su red –si sobrevive–.
Entonces, por un asunto de comodidad y supervivencia, parece que las arañas podrían haber aprendido a alejarse de las hormigas y así evitar riesgos. Un conocimiento como este, en el futuro, podría sernos de mucha utilidad.
¿Nacerá el repelente perfecto?
Seguramente todos estamos un poco cansados de tener que limpiar telarañas de las esquinas menos visitadas de nuestra casa. Y, aunque no tengamos un problema personal con las arañas, definitivamente preferiríamos si ellas no se alojaran en nuestro hogar sin consentimiento.
Ahora, con el nuevo descubrimiento, podrían crearse repelentes que imiten las señales químicas en el olor de las hormigas asesinas y depredadoras naturales de las arañas. Con ellos, finalmente podríamos habernos topado con la herramienta definitiva para mantener alejadas a las arañas de nuestro hogar de forma permanente.
Referencia:
Know your foe: synanthropic spiders are deterred by semiochemicals of European fire ants: https://doi.org/10.1098/rsos.210279