Los casos de trombosis asociados al coronavirus no son un elemento necesariamente nuevo. De hecho, a inicios de la pandemia se detectó que muchos de estos podían ser comunes en las extremidades inferiores. Ahora, un nuevo caso de estudio ha demostrado que el COVID-19 también puede ocasionar coágulos en la sangre de los brazos.
Para comprobar esto, se unió un equipo compuesto por los investigadores Yesha H. Parekh, Nicole J. Altomare, Erin P. McDonnell, Martin J. Blaser y Payal D. Parikh. Su trabajo conjunto se publicó en la revista científica Viruses y nos permite conocer otro aspecto hasta ahora poco explorado de la enfermedad.
Caso de estudio nos revela detalles sobre los efectos del COVID-19 en el cuerpo
El caso de estudio que puso en marcha toda la publicación se dio dentro de otra investigación más grande realizada por la Universidad de Rutgers. Dentro de esta, se puso en observación a mil voluntarios que fueron diagnosticados con COVID-19 y que estuvieron hospitalizados entre marzo y mayo del 2020.
De entre todos estos, un paciente en particular, de 85 años, se destaco por reportar inflación y dolor en la zona superior del brazo. Contra todo pronóstico realizado hasta la fecha, se detectaron muestras de coagulación de la sangre en sus brazos como otro efecto del COVID-19. Con esto, se presentó uno de los primeros casos asociados al coronavirus de trombosis venosa en las extremidades superiores.
Sobre el caso registrado de coagulación de la sangre en los brazos, por COVID-19

Según lo reportado por los investigadores, la situación inició cuando el adulto mayor recurrió a su médico reportando una hinchazón sospechosa en su brazo izquierdo. Una vez se determinó la presencia de la trombosis venosa, también se lo examinó en el hospital y se detectó un cuadro de COVID-19 asintomático.
Al parecer, el hombre no había tenido una disminución de sus niveles de oxígeno y tampoco presentó otros efectos secundarios de la enfermedad. Sin embargo, es claro que el COVID-19 sí incluyó en la formación de coágulos en la sangre de los brazos.
Debido a esto, los investigadores han determinado que era vital no solo reportar el hallazgo, sino sentar las bases para más investigaciones próximamente. Con ellas, será posible medir los riesgos que estos casos de trombosis presentan y cuál es el mejor método para hacerles frente.
¿Qué debemos saber de la nueva situación con el COVID-19 y los coágulos de sangre?
“Si bien sus niveles de oxígeno no disminuyeron, fue hospitalizado para el tratamiento del coágulo sanguíneo de la vena profunda de la extremidad superior. A menudo, los coágulos de sangre están precedidos por afecciones inflamatorias crónicas exacerbadas por la inmovilidad, y rara vez ocurren en pacientes que por lo demás están sanos y activos al inicio del estudio”, aclaró Parikh.
En otras palabras, aunque la enfermedad del COVID-19 se asintomática, se ha visto que los coágulos de sangre en los brazos son suficiente motivo como para ameritar una hospitalización. Esto sobre todo porque el 30% de los pacientes que tienen este tipo de trombosis venosa en las extremidades superiores, sufren el riesgo de que el coágulo viaje al pulmón y sea posiblemente fatal, según explicó Parikh.
Asimismo, se determinó que factores de riesgo previo como un diagnóstico de trombosis anterior al COVID-19, o simplemente una predisposición a la coagulación sanguínea, pueden ser particularmente perjudiciales y aumentar el riesgo de que se produzcan coágulos en la sangre de los pacientes con COVID-19.
Referencia:
Recurrence of Upper Extremity Deep Vein Thrombosis Secondary to COVID-19: https://doi.org/10.3390/v13050878
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