El futuro se acerca a velocidades vertiginosas y, con él, nuevas formas de encontrar pareja. ¿Podría ser que el siguiente paso de la humanidad sea encontrar el amor a través de los genes?
La ciencia aún no logra ponerse de acuerdo para responder a esta pregunta. Por esto, recolecciones como las realizadas por Inverse nos podrían ayudar a tener una idea más clara del panorama que hay actualmente en este ámbito.
¿Los genes realmente pueden predecir el amor?
Depende de aquello a lo que estemos llamando “amor”. Si pensamos en el sentido más abstracto y espiritual de este, tal vez lo que nos pueden decir nuestro ADN se quede corto. Sin embargo, si se interpreta al posible amor como “química amorosa” entonces nos encontraremos con un abanico de posibilidades en los genes que ya son explotadas por algunas iniciativas.
En la serie de Netflix, conocida como ‘The One’, vemos el trabajo de la empresa de citas ‘MatchDNA’ que promete encontrar al “alma gemela” de las personas a través de su compatibilidad genética. Mientras que la idea de conseguir a la pareja perfecta con solo los genes es obra de la ficción, el hecho de que este se use en primer lugar para conseguir relaciones no está tan lejos de la realidad.

La app de citas ‘DNA Romance’, dirigida por Timothy Sexton, nos prueba que la idea de buscar “amor” (al menos atracción romántica) a través de los genes no está tan lejos de nosotros. De hecho, en la actualidad este tipo de iniciativas ya se llevan a cabo. Pero, claramente, con un alcance mucho menor que el prometido por ‘MatchDNA’.
Genes, hormonas y amor
En ocasiones anteriores, la ciencia ya ha investigado qué ocurre durante el enamoramiento. Ahora, cambiando las perspectivas, se puede averiguar también si los genes son capaces de promoverlo o impedirlo.
“(…) la genética juega un papel en la intensidad de cómo los cerebros de las personas responden a su pareja”, comentó Bianca Acevedo.
Esta afirmación de la neurocientífica de la Universidad de California en Santa Bárbara viene al tomar en cuenta la forma en la que los genes pueden intervenir en el funcionamiento y liberación de las hormonas.
Desde las más conocidas como la oxitocina y dopamina, hasta otras más específicas como la vasopresina, las hormonas regulan la forma en la que procesamos las emociones y nos relacionamos con otros. Por lo que, hasta cierto punto, también tienen un papel que jugar en el romance.
Los genes que cuentan: ¿estas son las partes del ADN que podrían predecir el amor?
Aunque esta área aún no ha sido ampliamente estudiada, iniciativas como ‘DNA Romance’ han encontrado posibles claves que utilizar a la hora de buscar el amor en los genes. Para su caso, se habla de buscar la “compatibilidad” en 100 marcadores de ADN distintos, de entre los 3.200 millones de nucleótidos que hay. Según Sexton, estas secciones en las cuatro bases del ADN (As, Ts, Gs y Cs) son los mejores indicadores para predecir la posibilidad de atracción romántica.
¿Los opuestos se atraen?

Según ‘DNA Romance’, sí. De hecho, busca compatibilidad en las personas tengan genes que no estén en espejo. Es decir que, por ejemplo, la A de uno esté contrapuesta a la T del otro; siguiendo este mismo patrón con una C y otra G contrapuestas, explicó Sexton a Inverse.
“Si tenemos las mismas letras en los mismos lugares, entonces hay una buena posibilidad de que probablemente no vayamos a ser un gran partido”, acotó.
La idea surgió de los experimentos suizos de las “camisetas sudorosas” conducido por Claus Wedekind. En él, se probó que las mujeres tendían a elegir las camisetas de hombres que eran diferentes a ellas genéticamente.
Sin embargo, en las décadas siguientes dicho experimento ha encontrado tanto defensores como detractores. Entre estos últimos, existen algunos que ni siquiera consideran que el amor realmente pueda buscarse en los genes. Tal es el caso del profesor de zoología en la Universidad de Manchester, Matthew Cobb, quien dijo a Inverse:
“La idea de que los seres humanos basan su elección de pareja en la similitud o disimilitud genética parece ser absurda y va en contra de la experiencia cotidiana”.
La profesora asistente de ciencias biológicas en el Barnard College de la Universidad de Columbia, Allison Lopatkin, secundó también esta opinión al decir:
“Es engañoso en el mejor de los casos y peligroso en el peor de los casos presentar nuestra comprensión de las interacciones humano-humano a nivel genético como cualquier cosa menos inestable”.
Esto último debido a que incluso ahora no se tienen suficientes datos como para hacer afirmaciones contundentes.
“No discuto que todo sea química; la química es solo un pequeño componente. Pero tiene todo el sentido del mundo que estemos programados para tener química con alguien que es genéticamente diferente a nosotros”, comentó Sexton.
Sobre los genes y la búsqueda del amor
Claramente, la búsqueda del amor a través de los genes no es un seguro para un “felices para siempre”. De hecho, ni siquiera garantiza que las personas inicien una relación. En realidad, estas pruebas, al igual que los test psicológicos, solo miden la posible compatibilidad a través de patrones que se nos hacen comunes.
Por esto, si buscamos el amor a través de nuestros genes, es posible que encontremos variados candidatos prometedores. Sin embargo, que tengan potencial no implica que alguno realmente vaya a ser el indicado.
Debido a esto, el ADN, más que ser una señal de posible amor, es un simple indicador. Ya que con él podríamos ubicar a las personas que, de una forma u otra, tendrían al menos el potencial para ser una buena pareja para nosotros.
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