La forma de la cabeza de los saurópodos, los tan populares dinosaurios de cuello largo, ha intrigado a los científicos durante mucho tiempo. ¿Por qué, siendo tan pesados y con patas descomunales, sus cabezas eran tan diferentes?
Un equipo de científicos de la Universidad de Yale y la Universidad de Oxford parece haber encontrado la respuesta en su más reciente. Según indican en su artículo en la revista Evolution, las cabezas de los dinosaurios de cuello largo cambió rápidamente para adaptarse a las nuevas características que adquirían con la evolución.
Los vertebrados terrestres más grandes tenían una cabeza extraña
Los registros indican que los saurópodos se originaron a finales del período Triásico, momento desde el cual deambularon por todo el mundo hasta el final del período Jurásico. La clasificación actual los divide en Brontosaurus, Apatosaurus y Brachiosaurus, todos los cuales eran herbívoros. Además, coincidían en sus largas colas, largos cuellos y patas del tamaño del tronco de un árbol.
Sin embargo, aunque parezca que se sabe mucho sobre ellos, en realidad hay muchos misterios que a los paleontólogos les gustaría descifrar. Uno de ellos era la forma de su cabeza.
Peculiaridades evolutivas en la cabeza de los saurópodos
Y es que, como suele ocurrir con muchas especies, cada parte del cuerpo de los saurópodos sufrió modificaciones a lo largo de su existencias, pero estas parecen haber sido más drásticas en comparación con otros dinosaurios y nadie había analizado el porqué de ello.
La cabeza de los dinosaurios de cuello largo constaba de una cara alargada, con fosas nasales en la parte superior y un occipucio (la parte posterior del cráneo) que se superponía a las cuencas de los ojos.
Teorías poco convincentes
Una de las teorías que intenta explica por qué era así se refiere a sus hábitos de alimentación. El cuello largo de estos dinosaurios les permitía darse el lujo de alcanzar tanto las hojas en las partes altas de los árboles como las plantas sobre el suelo.
Pero esta explicación no termina de convencer a los científicos, sobre todo con la falta de fósiles que permitan examinarlos en diferentes etapas de su vida. Y es que, para estudiar los cambios morfológicos a través del tiempo, se necesitan varios individuos de diferentes edades, como explicó el primer autor Matteo Fabbri.
“Para estudiar la evolución de la ontogenia (el crecimiento de un individuo desde el nacimiento hasta la edad adulta) y su papel en la innovación morfológica a través del tiempo, se necesitan múltiples individuos de diferentes edades para comprender cómo ocurren los cambios en el desarrollo dentro de las especies y entre las especies en un marco evolutivo”.
La cabeza de los dinosaurios de cuello largo cambió de manera temprana
En esta oportunidad, los investigadores crearon modelos tridimensionales de una variedad de cráneos de saurópodos a partir de los restos actuales; estos incluyeron dos cráneos de una antigua especie precursora de los saurópodos denominada Anchisaurus. De este modo, pudieron hacer un análisis que de dinosaurios juveniles y adultos.
Los modelos mostraron que el cráneo de los dinosaurios de cuello largo fue cambiando cada vez de manera más temprana para poder sustentar los cambios que experimentaban otras partes de su cuerpo además de su cabeza, un proceso denominado predesplazamiento.
En el caso de la especie Anchisaurus, los individuos más juveniles se parecían más a los dinosaurios anteriores y su cráneo exhibía características únicas durante la adultez. Sin embargo, las especies posteriores ya exhibían esas características típicas de los cráneos adultos mientras eran aún jóvenes, e incluso durante su fase embrionaria.
«Los caracteres saurópodos de la caja cerebral y la cámara de los aductores aparecen tarde en la ontogenia, lo que sugiere que estas características evolucionaron primero por el mecanismo de desarrollo de la adición terminal».
Los autores indican que esta es la primera vez que la ciencia confirma el proceso de predesplazamiento en los dinosaurios de manera tan convincente, además de ser la primera vez que se demuestra a partir de un registro fósil. Pero también es una prueba de que los cambios no se rigen por limitaciones y pueden generar características nuevas tanto a nivel de forma como de función, no solo en los dinosaurios, sino en otros animales terrestres.
Referencia:
A shift in ontogenetic timing produced the unique sauropod skull. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/evo.14190
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