La enfermedad de Alzheimer es más común de lo que a la humanidad le gustaría pero, a pesar de ello, aún hay muchos aspectos que no se comprenden bien sobre su desarrollo. Lo que sí está claro es que tau, una proteína que se acumula y se enreda en el cerebro, está implicada, y una nueva terapia genética podría ayudar a regularla.
Los investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) y Sangamo Therapeutics Inc. cuentan todos los detalles en un artículo en la revista Science Advances. Su estrategia, basada en la ingeniería genética, apunta a silenciar la expresión del gen que codifica la proteína tau vinculada a esta terrible enfermedad.
La estrategia es reducir la expresión del gen que codifica la proteína tau
La estrategia apunta a la regulación genética de los denominados factores de transcripción de proteínas con dedos de zinc (ZFP-TF). Se trata de proteínas de unión al ADN que pueden modificar la forma en que ciertos genes específicos se expresan. En este caso, el objetivo de la terapia genética era apuntar y reducir la expresión del gen que codifica la proteína tau que desencadena el Alzheimer.
La terapia consiste en usar un virus inofensivo para administrar ZFP-TF a las células; esto puede hacerse directamente en la región del hipocampo del cerebro, o por vía intravenosa en un vaso sanguíneo.
En sus experimentos, los investigadores aplicaron una inyección única del tratamiento de ZFP-TF a un modelo de ratón, y los resultados fueron muy alentadores. Los niveles de la proteína tau en el cerebro se redujeron entre un 50 por ciento y un 80 por ciento en 11 meses, el cual constituye el período más largo en el que se ha estudiado.
Una terapia genética con potencial de revertir el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer
Pero el hallazgo más importante de la investigación fue que esta terapia genética no solo podría servir para ralentizar el avance de la enfermedad de Alzheimer al reducir la expresión de la proteína, sino también para revertirla. Y es que los experimentos mostraron que la inyección logró revertir parte del daño causado por la acumulación de tau en las células cerebrales de los animales.
Además, el autor principal, Bradley Hyman, también destaca que la terapia es fácil de aplicar y que funcionó en su objetivo sin causar efectos secundarios visibles en muchos meses posteriores. Como indicó en un comunicado:
«La tecnología funcionó exactamente de la manera que esperábamos: reduciendo la tau sustancialmente durante el tiempo que miramos, sin causar efectos secundarios que pudiéramos ver incluso durante muchos, muchos meses, y mejorando los cambios patológicos en los cerebros de los animales».
No obstante, aún es pronto para cantar victoria. Estos resultados ciertamente aumentan las probabilidades de tener por fin un tratamiento capaz de revertir de cierta forma la enfermedad de Alzheimer. Se trata de un primer paso prometedor, pero aún es necesario cumplir con otros pasos de estudio y ensayos antes de probarlo en pacientes humanos.
Referencia:
Persistent repression of tau in the brain using engineered zinc finger protein transcription factors. https://advances.sciencemag.org/lookup/doi/10.1126/sciadv.abe1611