Años atrás, Inglaterra implementó un programa de reducción de consumo de sal en su población para reducir el riesgo de afecciones asociadas a este, como las enfermedades cardíacas. Los resultados habían sido fantásticos hasta 2011, y parecen haberse mantenido en el tiempo.
Ahora una nueva investigación sugiere que dicho programa impedirá que casi 200,000 adultos desarrollen enfermedades cardíacas para 2050. Además, en el proceso, se reducirán los costos de atención médica.
El logro se ha atribuido principalmente a la gestión de la industria alimentaria, que reformuló sus productos para reducir la concentración de sal. Sin embargo, los investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres indican en su artículo en la revista Hypertension que la ingesta de sal sigue superando la recomendada.
Consumo excesivo de sal vinculado a varias enfermedades
Varias investigaciones han demostrado que el consumo excesivo de sal está estrechamente relacionado con la presión arterial elevada y mayor riesgo de enfermedad cardíaca. A su vez, la presión arterial elevada está vinculada a la mitad de la mitad de los casos de cardiopatía isquémica y a más del 60 por ciento de los accidentes cardiovasculares. Por si fuera poco, también se han encontrado vínculos de su consumo deliberado con enfermedad renal, cáncer gástrico y osteoporosis.
Dada la alta prevalencia de dichas afecciones entre ciertas poblaciones humanas, resulta necesario tomar acciones para prevenirla y reducirla. Es por ello que, entre 2003 y 2010, la Agencia de Normas Alimentarias trabajó conjuntamente con la industria alimentaria para promover la reducción del consumo de sal en su población.
En el marco de este objetivo, se vieron en la necesidad de reformular alimentos procesados, las etiquetas de los productos y mejorar las campañas de concienciación pública. Y de hecho, los resultados fueron muy positivos: entre 2000 y 2011, el consumo medio de sal en la población se redujo en un 15 por ciento.
Menos sal, menos enfermedades cardíacas
Para este nuevo estudio, los investigadores usaron los datos de la ingesta de sal extraídos de la encuesta de población así como los datos de enfermedad cardíaca. El objetivo era observar el impacto del programa en un período más amplio: entre los años 2000 y 2018.
Los resultados muestran que el programa de reducción de sal en Inglaterra logró una reducción general de la ingesta de sal de 1 gramo/día por adulto. En el año 2000, la ingesta era 9,38 gramos/día pero en 2018 fue de 8,38 gramos/día.
Estiman que, si este valor se mantiene, para 2050 el programa de reducción de sal impida que 193,870 adultos desarrollen enfermedades cardíacas; específicamente, enfermedades cardiovasculares prematuras, las cuales comprenden 83,140 casos de cardiopatía isquémica prematura y 110,730 accidentes cerebrovasculares prematuros. Asimismo, se ahorrarían alrededor de £ 1,64 mil millones en costos de atención médica para la población adulta en Inglaterra.
Pero si este valor lograra adaptarse a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de una ingesta de de 5 gramos de sal/día, para 2030 estos beneficios podrían duplicarse. Para entonces, podrían prevenirse otros 213,880 casos de enfermedades cardiovasculares prematuras, y junto a ellas, costos de atención médica y social valorados en £ 5.33 mil millones.
Los logros del programa inglés de reducción de sal podrían perderse
El investigador principal, el profesor Borislava Mihaylova de la Universidad Queen Mary de Londres, se refiere al programa como «una política gubernamental eficaz de reducir la sal en los productos alimenticios cotidianos».
Pero pese a los buenos resultados obtenidos hasta ahora, el autor advierte que, de bajarse la guardia, estos podrían verse amenazados. Y es que, en los últimos años, las cantidades de sal en las dietas se han mantenido relativamente estables en niveles que siguen siendo mucho más altos de los recomendados para evitar las enfermedades cardíacas.
«El estancamiento de los esfuerzos de reducción de sal en los últimos años ahora está erosionando los posibles beneficios para la salud de la población y está costando caro nuestro servicio de salud», indica Mihaylova en un comunicado.
«Si podemos reducir nuestra ingesta de sal a los 5 g recomendados por día, duplicaremos los beneficios para la salud y los ahorros en atención médica para el año 2050».
Regulaciones más estrictas para promover la reformulación de alimentos con menos sal
Pero después de un logro tan significativo en el primer período de 10 años, ¿por qué la ingesta de sal se mantuvo en lugar de continuar su camino en picada? Los autores atribuyen esta detención a que, en el primer período, la presión del gobierno sobre las compañías productoras fue un punto clave. Pero luego el programa pasó a manos del Acuerdo de Responsabilidad de Salud Pública y pocas de las acciones propuestas se llevaron a cabo.
Por ello, para retomar la importante meta de reducir el riesgo de enfermedades cardíacas a partir de la reducción de sal, plantean una serie de pasos basados en el éxito previo. Entre ellos, legislaciones y sanciones financieras para las empresas que no cumplan; objetivos más estrictos respecto a la reducción del consumo de sal; y extender dichos objetivos al sector fuera del hogar, como los restaurantes y más sitios, donde aún hay poco seguimiento.
Referencia:
Salt reduction will prevent nearly 200,000 cases of heart disease and save £1.64bn. https://www.qmul.ac.uk/media/news/2021/smd/salt-reduction-will-prevent-nearly-200000-cases-of-heart-disease-and-save-164bn-.html
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