Sublime y a la vez turbulento; el amor es uno de los sentimientos más universales entre los seres humanos, y aunque lo percibamos primero en nuestro corazón, la ciencia ha determinado que en realidad inicia en el cerebro.

Suena difícil de creer, ya que relacionamos nuestra cabeza con la objetividad y no con los sentimientos. Sin embargo, cuando nos enamoramos, ciertas regiones de nuestro cerebro secretan una variedad de hormonas que podrían hacernos actuar como si estuviéramos en la Luna. A continuación te explicaremos con lujo de detalles todo lo que la ciencia ha logrado comprender sobre el amor.

¿Qué pasa cuando nos enamoramos? Esto dice la ciencia

Rara vez sentirás el mismo miedo al ver la misma película de terror por segunda vez, a menos que se trate de una obra muy bien elaborada. Pasa similar con las películas de comedia, con la segunda vez que pruebas el mismo platillo que te encantó en un restaurante, o cuando vuelves con tu ex.

Una luz entre un corazón y un cerebro.

Pero con esta comparación ya hemos llegado demasiado lejos. Los humanos tendemos a precipitarnos cuando se trata de emociones, pero en esta oportunidad, mejor vayamos por pasos. Antes de que esa persona se convirtiera en tu ex pareja hubo algo que te hizo pensar que nunca te habías sentido tan feliz en tu vida, que era el o la indicada para compartir el mismo hogar y hasta para tener hijos: las hormonas.

La ciencia detrás del amor en realidad es mucho más simple que las relaciones, y se remite a una serie de reacciones químicas en nuestro cerebro que nos hacen sentir, en resumidas cuentas, bien. Porque sí, aunque los sentimientos ardan en el pecho, en realidad surgen en nuestra cabeza.

Lujuria, atracción y apego, tres sentimientos confundidos con el amor

Pero antes que nada, distingamos tres tipos de sentimientos a menudo confundidos con amor: lujuria, atracción y apego. Esta clasificación fue propuesta por la Dra. Helen Fisher en Rutgers y parece encajar muy bien con la realidad y conlleva la segregación de hormonas muy particulares. A partir de aquí, puede que te cuestiones muchos de los casos de «amor a primera vista» que has experimentado en tu vida.

La lujuria es impulsada por nuestra necesidad de reproducirnos

Lujuria suena como una palabra de telenovela, pero la ciencia también la ha abordado durante mucho tiempo. Surge de un deseo de gratificación sexual vinculado a nuestra necesidad de reproducirnos, algo que, aunque suene obsceno, nos ha dado continuidad como especie, no solo a los humanos sino a los seres vivos en general.

La atracción, que se procesa en el sistema de recompensas del cerebro

Luego tenemos la atracción que, aunque sea muy similar en algunos casos, en realidad es un fenómeno distinto. Podemos no sentirnos realmente atraídos por alguien hacia quien sentimos lujuria, aunque ambos pueden presentarse de forma simultánea.

Pero yendo a lo que nos interesa, la ciencia detrás del amor explica que la atracción está relacionada con las regiones del cerebro que controlan el sistema de recompensas. «¿Cómo? ¿Que nuestro cerebro tiene una región dedicad a ello?» Sí, y siendo o no conscientes de ello podemos cometer tonterías por intentar complacernos. Es por ello que las primeras semanas o meses de una relación suelen ser muy gratificantes.

Los escaneos cerebrales de personas enamoradas muestran que los centros primarios de «recompensa» del cerebro se activan enérgicamente al ver fotos de alguien que los atrae intensamente. En este sentido, destacan el área tegmental ventral y el núcleo caudado. No ocurre lo mismo, por ejemplo, si la foto es de alguien que no les genera atracción, como un simple conocido.

El apego, un sentimiento versátil pero poderoso

Y luego tenemos el apego que, sin lugar a dudas, es una parte predominante en las relaciones, y que definitivamente puede influir en su duración a largo plazo. La lujuria y la atracción son casi exclusivas de las relaciones de pareja, mientras que el apego es un poco más versátil, y aplica también para otros vínculos como la amistad, las relaciones fraternales, los compañeros de trabajo, etc.

El amor tiene ciencia: estas son las hormonas que segregamos al enamorarnos

Ahora que ya hemos identificado estos tres sentimientos, podemos explicar la ciencia detrás del amor, que no es más que un poco de química protagonizada por hormonas de las que seguro has escuchado hablar en algún momento.

La testosterona y el estrógeno, aliados de la lujuria

En la lujuria, el hipotálamo juega un papel clave porque estimula la producción de hormonas sexuales, como la testosterona de los testículos y el estrógeno de los ovarios. Dicho así, suena como que son exclusivos de su género, pero en realidad intervienen en los procesos de ambos géneros.

Por ejemplo, la testosterona es responsable de aumentar la libido en casi todo el mundo. De manera similar, muchas mujeres informan mayor deseo sexual cuando están ovulando, un momento en el que los niveles de estrógeno son elevados.

La dopamina, la norepinefrina y la serotonina

En el caso de la atracción, la dopamina, producida por el hipotálamo, interviene justo en las vías de recompensas de las que hablamos en el apartado anterior. De forma simple, segregamos esta hormona cuando hacemos cosas que nos hacen sentir bien. Como ejemplo, pasar tiempo con nuestros seres queridos, o tener relaciones sexuales.

Cuando sentimos atracción, segregamos otra hormona, la norepinefrina, también conocida como noradrenalina. Esta probablemente nos recuerde la adrenalina, involucrada con nuestra respuesta de lucha o huida en situaciones demandantes.

Corazón conectado con un hilo al dibujo de un cerebro dentro de una cabeza como referencia a la conexión del amor con el cerebro.

Si vemos a la persona que nos atrae, podemos sentir mareos, arrebatos de energía y euforia, disminución del apetito e insomnio. Sí, es precisamente por la liberación de esa hormona que no podemos conciliar el sueño en las noches mientras pensamos en esa persona, o que se nos quita el hambre cuando por fin podemos comer junto a ella.

Pero hay una tercera hormona, la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad por su papel en la regulación dle estado de ánimo y del apetito. Curiosamente, cuando sentimos atracción por alguien, los niveles de serotonina caen. La razón aún no está clara, pero ¿recuerdas esa vez que te atraía alguien y empezaste a sentir inseguridad? Aunque las primeras sensaciones son agradables, en realidad las etapas iniciales en la química del amor pueden llegar a ser abrumadoras.

La oxitocina y la vasopresina

Y ahora hemos llegado a la parte que muchas personas amantes de las aventuras suelen evitar. La ciencia ha identificado dos hormonas que intervienen en el apego que caracteriza al amor: la oxitocina y la vasopresina.

Al igual que la serotonina, la oxitocina, conocida como la «hormona del abrazo» o del amor, se produce en el hipotálamo. Los humanos suelen segregarlas mientras tienen relaciones sexuales, y las mujeres durante el parto y la lactancia, como han demostrado varios estudios reseñados en TekCrispy.

Mujer mirando el sol y el mar mientras quien le toma la foto la toma de la mano.

Aunque estas actividades son tan diferentes, y no necesariamente agradables, sí tienen algo en común: son precursoras del vínculo. Y los más filosóficos podrían decir que el amor es un sentimiento único gracias a ello, aunque las relaciones que establecemos con las personas a nuestro alrededor sean tan variadas.

Analizar esto puede ser de gran utilidad para comprender nuestras emociones y nuestro comportamiento. Por ejemplo, podemos estar apegados a nuestras amistades cercanas sin sentir atracción ni lujuria hacia ellas, y pasa de manera similar con la familia. También podemos sentir lujuria y/o atracción por alguien sin que ello implique que queramos quedarnos, un punto importante y digno de considerar para evitar malentendidos.

La ciencia también explica por qué el amor duele

Con lo dicho hasta ahora, este sentimiento parece muy emocionante, y quien no lo haya experimentado aún, seguramente se sentirá muy entusiasmado por hacerlo. Pero el amor literalmente duele, y aunque puede traer muchas alegrías, es necesario aprender a manejarlo, y nada mejor que la ciencia para ayudarnos.

Resulta que estas hormonas que nos hacen sentir que despegamos del suelo también son capaces de quitarnos la nube sobre la que volamos y dejar que la gravedad nos jale de repente.

El amor puede ser adictivo

Por ejemplo, al trabajar en el área de las recompensas, la dopamina está estrechamente relacionada con las adicciones. Y, aunque suene sacado de una de esas canciones pasionales que tienen mucho éxito, esta hormona puede hacernos adictos a ciertas cosas en el amor. Y si no lo crees, explícanos entonces por qué algunas personas solo pueden ser felices estando al lado de la persona con la que están obsesionadas, es decir, enamoradas.

El amor puede cegarte

Algo similar ocurre con la oxitocina, tan responsable de los vínculos. Su tendencia a favorecer la unión podría hacer creer a una persona que no hay nadie mejor que quien le atrae, lo cual es excelente para la monogamia. Pero, ¿qué pasa si esa persona en realidad no es tan perfecta y, de hecho, hace más mal que bien?

La lujuria no es amor; lo dice la ciencia

Y por último, lo primero. A lo largo de la historia hemos visto a los hombres cometer locuras por cumplir sus fantasías sexuales con otras personas, locuras a veces muy tontas. Pero sería injusto decir que las mujeres son la excepción; sabemos que no. La estimulación que producen las hormonas sexuales puede llevarnos al punto de promover los comportamientos más irracionales, y no siempre por amor.

En resumidas cuentas, el amor es un torbellino hormonal que nos puede llevar a hacer estupideces. Por fortuna vivimos en una época en la que cada vez se hace más énfasis en la importancia de aprender a identificar y manejar las emociones.

Ahora que sabes todo lo que pasa en tu cerebro cuando sientes lujuria, atracción y apego, o lo que para efectos prácticos es el amor, quizás puedas complacerte de una forma más racional. Y es que, aunque las historias más populares del pasado nos lo enseñaron así, en realidad en el amor no todo es válido. Recuérdalo.

Referencia:

Why Is Oxytocin Known as the ‘Love Hormone’? And 11 Other FAQs. https://www.healthline.com/health/love-hormone

Venezolana, ingeniera química, redactora y autodidacta.

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