En general, las dependencia son muy difíciles de tratar, y los resultados que arrojan las terapias farmacológicas y psicológicas actuales son variables. Pero ahora un nuevo estudio arroja un nuevo enfoque con potencial de ayudar a revertir las adicciones en personas solitarias: el contacto social.
Desde hace tiempo se sabe que el apoyo de seres cercanos puede ser crucial también en estos casos, y este trabajo arroja nueva evidencia de ello. Además, los hallazgos, publicados en la revista Scientific Reports, no solo revelan el potencial del contacto social contra las adicciones a la nicotina, sino también contra el azúcar.
La falta de contacto social puede exacerbar las adicciones
El distanciamiento físico ha sido la estrategia de oro para contener la transmisión del patógeno en esta pandemia; pero incluso antes de ella el tema del aislamiento generaba curiosidad, o más bien, preocupación entre los psicólogos. Por ejemplo, los estudios en Australia sugerían que casi una cuarta parte de los habitantes informaban sentimientos de soledad o de aislamiento social.
Aunque parezca un problema menor, durante la pandemia muchos hemos caído en cuenta de lo importante que es interactuar con otros para nuestro bienestar. No hacerlo puede provocar ansiedad, depresión, y llevarnos a comer de manera compulsiva, o adaptar o acentuar otros malos hábitos como el tabaquismo. En algunos casos, puede conducir a un mayor consumo de drogas.
La Dra. Kelly Clemens, de la Facultad de Psicología de la UNSW Sydney sostiene que el aislamiento social también puede hacer más difícil abandonar estos comportamientos. La soledad puede hacer que sea «sea más difícil para quienes quieren reducir o dejar de fumar», por ejemplo, y su nuevo estudio arrojó evidencia de ello.
Ratas aisladas necesitaban más nicotina
Los científicos saben que tanto las personas como los roedores que padecen ansiedad o que viven aislados socialmente son más vulnerables a las señales de sustancias en su entorno.
Dicho de forma sencilla, son más susceptibles a la ingesta de alimentos o sustancias como la nicotina, y también a que estas se mantengan en su memoria a largo plazo. Pero también existe la posibilidad de que el caso inverso, el contacto social, ayude a tratar las adicciones.
Interesados por determinar los mecanismos a través de los cuales el aislamiento social conduce a comer y fumar más, Clemens y su equipo usaron un modelo de ratas adultas con adicción.
Entrenaron a los animales para que relacionaran una señal con la nicotina, el compuesto presente en el tabaco. Luego, durante el experimento midieron las veces que las ratas sentían antojo al registrar la cantidad de veces que estas presionaron la palanca para activar dicha señal.
Así descubrieron que, al pasar por un breve período de abstinencia sin contacto con la sustancia, las ratas aisladas socialmente eran mucho más propensas a recaer en la búsqueda de nicotina, lo que en humanos se traduciría a una mayor necesidad de fumar.
Interactuar con otros puede favorecer el abandono de las adicciones
Lo curioso fue que dichos antojos se redujeron cuando las ratas regresaron al grupo al que pertenecían. Es decir, la interacción con otros individuos tuvo un efecto positivo en su comportamiento, lo que sugiere que podría funcionar también con los humanos.
«Cuando volvimos a poner a las ratas con sus compañeros de jaula, ya no les interesaba la señal de la nicotina y mostraban poca evidencia de recaída», dijo la Dra. Clemens, quien quedó sorprendida por la inmediatez del efecto beneficioso del contacto social.
«El impacto del aislamiento social tardó mucho más en manifestarse, lo que sugiere que la interacción social puede tener un efecto protector duradero contra el desarrollo y la recaída de la adicción».
De modo que el hallazgo más importante en este estudio es la influencia que puede tener el contacto social en el tratamiento de las adicciones, sobre todo en personas solitarias o aisladas socialmente por diversas causas.
El contacto social también puede funcionar contra la adicción al azúcar
Y más importante aún, vemos que las consecuencias por el consumo de drogas no son permanentes. Por supuesto, esto no es algo nuevo, ya que existen terapias y tratamientos farmacológicos diseñados para ayudar a los fumadores a abandonar su adicción, pero añadir el contacto social puede mejorar los resultados.
Las actividades que nos llevan al contacto social pueden desviar nuestra atención de adicciones o comportamientos compulsivos de fumar o beber. Además pueden hacernos sentirnos mejor con nosotros mismos, más alegres e incluso valorados dentro del círculo social, lo cual favorece también una buena salud mental.
Cabe destacar que el presente estudio se centró en la nicotina, pero otros experimentos arrojaron resultados similares cuando se usó el azúcar como objeto de adicción en los animales.
Referencia:
Social isolation enhances cued-reinstatement of sucrose and nicotine seeking, but this is reversed by a return to social housing. https://www.nature.com/articles/s41598-021-81966-2