Una duda que hemos mantenido los humanos durante mucho tiempo es cuán influyente puede llegar a ser la Luna sobre los procesos de nuestro planeta, y sobre nosotros mismos. ¿Están conectados de alguna forma nuestros ritmos circadianos con las fases del ciclo lunar?
Aún estamos lejos de comprender de lleno el papel de nuestro satélite en la dinámica de la vida en la Tierra. Sin embargo, un equipo de investigadores ha dado con un hallazgo fascinante al comparar los patrones de sueño de las comunidades indígenas de Argentina con los de estudiantes universitarios en Estados Unidos.
En su artículo en la revista Science Advances informan que las personas suelen acostarse a dormir más tarde a medida que se acerca una noche de luna llena. En dichos días, también suelen dormir menos, lo que sugiere que nuestros ritmos circadianos están conectados de alguna forma al fascinante ciclo lunar.
¿Los ciclos lunares juegan algún papel en la dinámica de nuestros ritmos circadianos?
Varios estudios han confirmado que nuestro cuerpo funciona de acuerdo a un cronograma biológico conocido como ritmo circadiano, regido por los ciclos de luz y oscuridad de nuestro planeta.
Ahora bien, hay otros factores que también parecen jugar un papel importante en dicha dinámica. Por ejemplo, durante muchos años, la ciencia ha querido determinar si el ciclo lunar influye o no en nuestros ritmos circadianos. La evidencia sobre ello ha sido mixta, pero el nuevo estudio parece arrojar nuevas luces que podrían conducir a la respuesta correcta.
La hora de dormir y la cantidad de sueño en tres comunidades indígenas
Los investigadores colocaron monitores de muñeca a 98 personas que viven en tres comunidades indígenas argentinas, específicamente en la provincia de Formosa. Los grupos diferían drásticamente en los recursos energéticos, lo cual resultaba ideal para los investigadores.
Una de las comunidades no tenía acceso a la electricidad; otra solo tenía acceso limitado, como una sola fuente de luz artificial en las viviendas; mientras que la tercera sí se ubicaba en un entorno urbano con amplio acceso al servicio.
Por medio del dispositivo de monitoreo los investigadores pudieron hacer seguimiento de cada uno de los participantes y recopilar datos sobre su sueño durante uno o dos ciclos lunares completos.
Las personas duermen menos y más tarde en las noches previas a la luna llena
Así descubrieron que los ciclos de sueño en los humanos oscilan durante el ciclo lunar de 29,5 días. Curiosamente, los días previos a la luna llena, las personas se van a dormir más tarde en la noche, y también duermen menos tiempo del habitual. En las tres comunidades monitoreadas, los individuos se acostaban en horas avanzadas de la noche y dormían menos tres a cinco noches previas a la aparición de la luna llena.
La cantidad total de sueño varió a lo largo del ciclo lunar en un promedio de 46 a 58 minutos dependiendo de la comunidad; mientras que la hora de irse a dormir oscilaba en alrededor de 30 minutos entre ellas.
El acceso a la electricidad es un factor que bien puede influir en la higiene del sueño de las personas, y esto fue considerado por los investigadores en su trabajo reciente. La comunidad urbana se fue a la cama más tarde y durmió menos que los individuos de zonas rurales con escaso acceso al servicio.
El ciclo lunar influye en el sueño independientemente del entorno
Esta tendencia se mantuvo independientemente del acceso de los participantes del estudio al servicio eléctrico. Sin embargo, los autores del estudio destacan que las variaciones fueron menos pronunciadas en las personas ubicadas en entornos urbanos. Partiendo de este interesante hallazgo, concluyeron que nuestros ritmos circadianos están sincronizados con las fases del ciclo lunar.
Al comparar dichos resultados con los de 464 estudiantes universitarios del área de Seattle, dichas oscilaciones también se mantuvieron a pesar de las marcadas diferencias en sus entornos.
Referencia:
Moonstruck sleep: Synchronization of human sleep with the moon cycle under field conditions. https://advances.sciencemag.org/lookup/doi/10.1126/sciadv.abe0465