Cuando hablamos de economía existen multitud de términos de gran complejidad que parecen más propios de las ciencias puras que de un ámbito tan exclusivamente humano como son las finanzas.
Uno de estos términos a priori extraños, pero cada vez más conocidos por el gran público son los contratos por diferencia, un instrumento que hasta hace pocos años solo estaba disponible para inversores profesionales, ya que presenta riesgos demasiado altos para el inversor novel.
Ahora se puede acceder desde multitud de países del mundo, con la llamativa salvedad de los Estados Unidos, país en el cual sigue sin estar disponible para inversores aficionados por decisión de la Comisión de Bolsa y Valores o SEC, al menos de momento.
Una herramienta nacida en el país de las finanzas por excelencia
Los contratos por diferencia, o CFD por sus siglas, nacieron según algunas fuentes en el Reino Unido, en Londres para ser más concretos, en la década de 1950. Según otras fuentes fue debido a Jon Wood y Brian Keelan también en Londres, pero en este caso cuatro décadas después, ya que el nacimiento de los contratos por diferencia en este caso se dio en la década de 1990.
Estos contratos nacen con la finalidad de que inversores institucionales pudieran realizar operaciones con un gran apalancamiento en las cuales el capital que ponían estos profesionales no tendría que ser ni mucho menos el grueso del monto total. Esto permite aspirar a beneficios mayores de lo que el capital propio podría propiciar, aunque lo mismo sucede cuando los resultados arrojan pérdidas.
Por otra parte, los CFD que se utilizan en las plataformas de trading se negocian en los conocidos como mercados OTC (Over the counter) que son mercados no regulados que operan fuera de las bolsas tradicionales y que desde su nacimiento han experimentado un gran crecimiento.
Utilizar CFD con todo tipo de instrumentos
Futuros de Brent o WTI, forex e incluso criptomonedas como bitcoin se usan en brókeres como Plus500 para operar con CFD sin comprar directamente dichos instrumentos, lo cual es mucho más cómodo en ciertos aspectos, ya que no hay nada que almacenar o custodiar, aunque tiene otros riesgos importantes que un trader debe conocer a conciencia como los que se derivan del uso del apalancamiento propio del trading de CFDs y la volatilidad más o menos alta de los diferentes instrumentos (que en el caso de las criptomonedas resulta ser muy alta como se ha podido ir viendo desde su aparición), no es fácil aprender a operar de forma exitosa.
Bitcoin y otras criptomonedas se han convertido en uno de los instrumentos más populares en las plataformas de trading si atendemos a la publicidad que podemos encontrar online y no es para menos, ya que muchos analistas hablan de bitcoin en concreto como el sustituto del oro en el top de los activos de cobertura preferidos. Los activos de cobertura son aquellos que utilizan inversores y estados para protegerse de las crisis.
También a su vez es objeto de deseo de maleantes de todo tipo que los roban en ataques informáticos por su facilidad para convertir lo robado en dinero contante y sonante difícil de rastrear, por lo que el trading con CFD es una forma de no tener que proteger los bitcoins de ningún robo.
¿Cómo utilizaría un trader la cotización de bitcoin en una operación apalancada de trading? Imaginando que el análisis del trader le indicase que el bitcoin iba a bajar, se abriría una posición en corto (de venta) indicando el take profit, que es la cifra en la que la posición se cerrará recogiendo beneficios si el movimiento es a favor de la tendencia prevista y el stop loss, que es la cifra en la cual se cortan pérdidas y que hace que se deduzcan fondos del depósito del trader si el movimiento de la cotización se da en contra de la tendencia prevista.
Alcanzar cualquiera de las dos cifras es la razón por la cual se cerrará la posición de forma automática (aunque es importante vigilar las posiciones siempre, sobre todo en periodos de alta volatilidad que pueden hacer que los precios se muevan tan rápidamente que no se paren en los límites fijados por el trader, sino en el siguiente precio disponible).
Existe una tercera opción, en la cual el trader cerrará la posición de forma manual asumiendo ganancias o pérdidas por su cuenta y riesgo. Si la tendencia prevista fuera de subida la operativa sería la misma, pero la posición se abriría en largo.