Una persona sosteniendo un libro para leer.

Durante mucho tiempo los científicos se han preguntado si existe un área y un mecanismo cognitivo en nuestro cerebro especialmente diseñado para que aprendamos a leer. Buena parte de los análisis sugieren que no, ya que el lenguaje escrito es surgió hace muy poco tiempo como para que el líder de nuestro cuerpo haya desarrollado estructuras específicas para ello.

Sin embargo, un equipo de investigadores del SISSA logró avanzar mucho en la comprensión de los mecanismos subyacentes de la lectura en un estudio reciente. Según informan en la revista Current Biology, la evolución de nuestro cerebro nos ha permitido leer a través de las mismas vías que usamos para procesar muchos otros estímulos visuales.

Exposición a palabras que no son palabras

Los investigadores reunieron algunos voluntarios para hacer cuatro pruebas de lectura e identificación de símbolos e imágenes. La exposición involucró configuraciones muy similares a las palabras conformadas por pseudocaracteres, similares a números o letras. Cabe destacar que, en las dos primeras pruebas, les mostraron estas configuraciones similares a las palabras para mitigar la influencia de su conocimiento de lectura previo.

Mientras que otros de los estímulos visuales no se parecían en lo más mínimo a las palabras; eran trípodes tridimensionales sin sentido, o rejillas visuales completamente abstractas. Parte del experimento fue diseñado para verificar la validez de la teoría del reciclaje neuronal, como indicaron los autores:

“Partimos de un supuesto: si esta teoría es cierta, algunos efectos que ocurren cuando nos enfrentamos a signos ortográficos también deben encontrarse cuando somos sometidos a estímulos no ortográficos. Y esto es exactamente lo que muestra este estudio”.

Nuestro cerebro nos permite leer a través de los mismos mecanismos con los que procesamos otros estímulos

Y a pesar de estas diferencias sustanciales, al examinar los resultados, los investigadores no encontraron diferencia alguna en la forma en que los participantes procesaron la información. Todos ellos aprendieron a reconocer nuevos estímulos a través de los mismos mecanismos.

«Descubrimos que los participantes aprendieron a reconocer grupos de letras (palabras, en este idioma inventado) sobre la base de la frecuencia de co-ocurrencia entre sus partes», escriben los autores.

Interpretando los resultados, el equipo sugiere que la estadística juega un papel clave en este tipo de aprendizaje. En realidad, lo que hacemos es reconocer las características básicas de un estímulo visual: forma, tamaño, estructura, letras y palabras.

Luego, las analizamos en función de la frecuencia; es decir, usamos la estadística. Al leer, nuestro cerebro examinar cuántas veces aparecen dichos caracteres, con qué frecuencia se presentan juntos, y si alguno permite predecir la presencia de otro.

En definitiva, los resultados no solo apoyan la teoría del reciclaje neuronal, sino que nuestro cerebro trabaja con mucho más que estímulos específicos. Sin ni siquiera ser conscientes de ello, nuestro cerebro descompone los elementos de un determinado estímulo y hace un análisis estadístico tan minucioso que nos permite leer.

Referencia:

A general-purpose mechanism of visual feature association in visual word identification and beyond. https://www.cell.com/current-biology/retrieve/pii/S0960982220318376

Venezolana, ingeniera química, redactora y autodidacta.

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