Pila AA, como la que causó el falso ataque cardiaco, sobre superficie de madera y fondo borroso.
Vía Pixabay.

Sabemos de sobra que los materiales que componen a las baterías y pilas son tóxicos. Por ende, son compuestos dañinos para la salud que debemos evitar y manejar con cuidado. Sin embargo, a pesar de este conocimiento, siempre habrá alguna persona que rompa estas restricciones. En esta oportunidad, el caso se dio con un recluso de Italia, que ingirió una pila AA y luego manifestó lo que parecía un ataque cardiaco.

Lo que sucedió en la sala de emergencias

El relato del caso comenzaría en la sala de emergencias del Hospital Santa Maria Nuova en Florencia, Italia. Allí llegaría un recluso de 26 años quejándose de fuertes dolores estomacales.

Según los registros del electrocardiograma (EKG), el paciente parecía estar sufriendo un ataque cardiaco. Sin embargo, un análisis posterior y la propia confirmación del hombre revelaron que este había ingerido una batería AA esa misma mañana.

En tan solo dos horas, la interacción de la batería con los jugos gástricos del estómago comenzó a desencadenar una incomodidad de que obligó a las autoridades a llevar al recluso al hospital. Allí la pila sería removida e, inmediatamente, el resto de los síntomas de malestar comenzarían a desaparecer.

Una sola pila puede “desencadenar” un ataque cardiaco

Hasta ahora, no se sabe bien por qué motivo ingirió la pila en primer lugar, más allá de que se trató de una acción intencional. Aun así, con esta explicación o no, su caso llamó la suficiente atención como para convertirse en objeto de estudio. Gracias a esto, este lunes 23 de noviembre, el relato del evento relacionado la ingesta de una pila con un aparente ataque cardiaco se reveló en la revista Annals of Internal Medicine.

Dentro del estudio de caso, participaron los autores Gianfranco Giannasi, Valentina Nanni, Andrea Nucci, Alessandro Paoletti Perini y Marzia Giaccardi, según su orden de aparición. En dicho estudio explicaron que el EKG del paciente probablemente falló debido a una mala lectura de los electrodos colocados en el pecho del paciente.

Por lo general, la tarea de estos elementos es medir los pulsos eléctricos del corazón y representados como una línea ondulada sobre un fondo cuadriculado. Según las lecturas iniciales el paciente mostraba una “elevación del segmento ST”, un área del EKG que debería mantenerse plana en condiciones normales.

Sin embargo, por lo que parece, la anomalía en la lectura no se trataba verdaderamente de un ataque cardiaco, sino de una distorsión de los pulsos eléctricos debido a la presencia de la pila.

Para explicar esto, los investigadores comentaron que la interacción de la pila con el ácido del estómago pudo haber dado origen en pequeñas corrientes eléctricas. Como resultado, estas podrían haber viajado hasta el corazón y, desde allí, alterado el EKG. Claramente, esta se trata solo de una hipótesis, pero los científicos concuerdan con que se trata de una realidad plausible.

¿Cómo lograron diferenciar entre los efectos de la pila y los del ataque cardiaco?

Afortunadamente para el paciente, un EKG no es el único método para identificar un infarto al miocardio. De hecho, su diagnóstico se combina con otros procesos como análisis de sangre y mapeo de síntomas.

En el primer caso, se miden en la sangre los niveles de troponina cardiaca, un tipo de proteína que aumenta su volumen cuando se desarrolla un ataque cardiaco. Para el segundo, se observó que el paciente no había manifestado otros síntomas comunes como la dificultad para respirar.

Debido a estas anomalías, los doctores en su momento decidieron investigar un poco más. Al final, esto les permitió identificar la pila y removerla del organismo del paciente lo más rápido posible.

Adicionalmente, para tomar esta decisión, el conocimiento de casos pasados fue de gran ayuda. En otras oportunidades, dos individuos que no se conocían ingirieron 6 pilas AAA y 18 pilas AA, respectivamente. Acá, ambos manifestaron la misma “elevación del ST”. Desde entonces, se consideraba que eran necesarias varias pilas para lograr este efecto. Ahora, gracias al nuevo caso, es más que claro que solo hace falta una.

No importa el contexto, tragar pilas nunca es seguro

A pesar de que en todos los casos los pacientes estuvieron bien después de ser tratados, esto no implica que ingerir pilas sea seguro. De hecho, incluso si la pila no causa un ataque cardiaco, sus pulsos eléctricos prolongados podrían terminar causando otros daños al corazón a largo plazo.

Igualmente, los compuestos internos de la batería podrían liberarse e intoxicarnos. O, como si fuera poco, si esto no pasa, entonces se corre el riesgo de que la pila nos genere una obstrucción intestinal.

En resumen, sin importar qué, tragarse una pila nunca será una buena idea.

Referencia:

Acute ST-Segment Elevation From an Ingested Battery: A Case Report: https://doi.org/10.7326/L20-1123

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